El ministro del Interior celebró ayer su segunda ronda con todos los grupos parlamentarios en busca de un acuerdo sobre terrorismo, y nada ha cambiado desde la anterior. Todos los grupos respaldan al Gobierno, el PP se mantiene en su estrategia de no dar respiro al Ejecutivo, no renuncia a hacer oposición con este asunto y se niega a ampliar el Pacto Antiterrorista, mientras el Ejecutivo intenta eludir la confrontación.

El portavoz del PP salió de la reunión denunciando la fuga de miembros de Jarrai condenados por el Supremo y arremetiendo contra el Gobierno por no salir en defensa de los jueces vascos, frente al PNV.

La estrategia de tensión se completa con nuevas iniciativas parlamentarias, como la de exigir apoyo a los jueces vascos o la de pedir explicaciones al Gobierno por la fuga de los convictos del entorno de ETA. Ayer anunció otra proposición no de ley que, unida a las otras cinco que tiene presentadas, agota el cupo del PP y asegura el debate y la confrontación sobre terrorismo en el Pleno del Congreso hasta las municipales y autonómicas del 27 de mayo. Los populares no se apean de ahí.

Zaplana dijo ser escéptico sobre las posibilidades de celebrar la reunión del Pacto y reiteró su teoría de que el Gobierno sólo pretende la foto, sin contenido.

Enfrente, el Gobierno se esforzó ayer por mantener la imagen de poner la otra mejilla y evitar pelearse con el PP en público. Lo hizo el ministro del Interior tras su encuentro con los grupos parlamentarios y también el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la rueda de prensa con el presidente de México.

La tesis del Gobierno es la de dar sólo sensación de disposición al diálogo y al pacto, convencido de que los ciudadanos castigarán a quien confronte sobre terrorismo.

Por eso, Zapatero aseguró ayer que no entrará en «ninguna polémica» con Rajoy, y explicó que «siempre» tiene «esperanza» en que los partidos democráticos logren un «escenario común» en la lucha antiterrorista. «No nos van a encontrar en otra, y no nos vamos a cansar. Antes se cansarán los que quieren la polémica y la confrontación», agregó Zapatero, quien dijo estar «concentrado en combatir el terrorismo y acabar con ETA y con la violencia».

En esta línea, Rubalcaba dijo que, a pesar de que el PP «mantiene una sensibilidad distinta» en política antiterrorista, confía en que las reuniones que están manteniendo les permitan «acercar posturas en un plazo razonable para recuperar la unidad».

La próxima semana se celebrará un encuentro reducido y discreto del PSOE y el PP para intentar que el posterior de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista no se salde con un rotundo fracaso. Así se hacía en la anterior legislatura entre Rubalcaba y Javier Zarzalejos para que todo llegara cocinado al Pacto.

Esos contactos bilaterales del Gobierno y el PP serán compatibles con nuevas rondas entre el Ejecutivo y el resto de grupos, uno por uno. Por el momento, Rubalcaba no considera posible un encuentro multilateral que cierre un nuevo pacto contra ETA, con o sin el PP, tal y como exige y apremia el líder de IU, Gaspar Llamazares.

El nivel de distancia del PP en relación al resto de grupos llegó al punto de que todos aseguraron haber recibido información del ministro sobre las últimas operaciones policiales, incluida la reciente detención de un etarra que iba a atentar en la Comunidad Valenciana y las investigaciones sobre la T-4, mientras que Zaplana dijo que sólo escuchó lo publicado en los periódicos.

Rubalcaba les comentó las novedades de la investigación, su pesimismo sobre los planes de ETA, los movimientos detectados en la izquierda abertzale y la imposibilidad de que Batasuna se presente a las elecciones municipales y forales de mayo.

Recibió apoyo expreso de todos, salvo el PP, en la posición del Gobierno de que ya no es posible la negociación con ETA tras el atentado de hace un mes en Barajas.