EMILIO CRESPO. Efe / EL MUNDO
LISBOA.-
La campaña para el referéndum del 11 de febrero sobre el aborto, el segundo que se celebra en Portugal, arrancó ayer con algunos actos públicos y los sondeos favorables a la victoria del sí que, sin embargo, ha perdido terreno.
Varias plataformas cívicas, constituidas a favor y en contra de una legislación más permisiva sobre el aborto, organizaron ayer actos en Lisboa y otras ciudades del país mientras los principales partidos se mantenían en general al margen. Sólo las organizaciones más minoritarias, el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, por un lado, y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP) por otro, convocaron a sus militantes en defensa del sí y el no respectivamente.
Pero la pasión callejera despertada por la votación para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo fue poca y apenas grupos de decenas de personas repartieron folletos y exhibieron carteles en defensa de sus posturas. El debate sobre el aborto ha sido intenso en los medios de comunicación e incluso en el Parlamento y en cambio ha tenido poco eco en la calle, desde que la celebración del referéndum fue aprobada en octubre a instancias del Partido Socialista, que gobierna con mayoría absoluta desde 2005.
La mayor concentración pública que ha generado la cuestión del aborto se produjo el pasado domingo, cuando menos de 10.000 personas, según la policía y medios de comunicación, se manifestaron en Lisboa en contra de la despenalización, convocados por el CDS-PP y plataformas ciudadanas y de orientación católica. Pese a esa demostración de fuerza, la opción que las encuestas dan como favorita en la consulta del 11 de febrero es el sí a la liberalización del aborto, que en el último sondeo de opinión publicado por la prensa lisboeta tenía un respaldo del 54%.
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