Carod prometió al inicio de la legislatura que no cometería los errores del primer tripartito; o sea, nada de peleas públicas con sus socios, PSC e ICV-EUiA, y por ahora ha cumplido. El líder de ERC y vicepresidente de la Generalitat superó ayer la prueba al aceptar una tercera hora semanal de castellano en Primaria.
Un descontento que existe, pero que no va a hacerse público, porque Carod está decidido a demostrar que lo prometido es deuda. No es ningún secreto que, para Esquerra, la introducción de esta tercera hora de castellano en Primaria es una auténtica afrenta. Los republicanos piensan que esta medida rompe el sistema vigente de inmersión lingüística que rige en la escuela catalana y están convencidos de que se traducirá en un ataque al catalán.
Los independentistas se desayunaron ayer con los titulares de prensa que anunciaban que el conseller de Educación, Ernest Maragall, ha redactado un Decreto de Ordenación Curricular de la Educación Primaria en Cataluña que incluye la polémica tercera hora de castellano e, incluso, va más allá y establece hora y media más de este idioma para los estudiantes de primer y segundo curso.
Fuentes republicanas reconocieron ayer que en el partido hay malestar, pero el portavoz parlamentario de Esquerra, Joan Ridao, se mostró muy cauto y no quiso entrar a valorar el contenido del decreto para evitar la polémica.
Carod, que estaba en Madrid, tampoco dijo ni pío del asunto y dejó muy claro -por aquello de que el que calla otorga- que su partido asumirá que las escuelas catalanas impartan más clases de o en castellano, tal y como establece el decreto, que aún no ha sido aprobado.
También ICV-EUiA ha acatado las tesis de Ernest Maragall. La diputada ecosocialista Dolors Camats reconoció ayer que «no hay base jurídica» para cuestionar el incremento de horas de castellano en Primaria. O sea que los tres partidos del Govern están de acuerdo con el contenido del decreto de Maragall, que, en realidad, desarrolla otro decreto del Gobierno central que la Generalitat recurrirá ante el Constitucional, según anunció ayer el president, José Montilla.
¿Por qué recurre el Govern una norma estatal con cuyo contenido está de acuerdo? Puede parecer extraño, pero son cosas del Estado de las autonomías. La Generalitat considera que este decreto del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero invade las competencias de Cataluña reconocidas en el Estatut. No en lo que se refiere a la polémica tercera hora, que parece estar fuera de toda discusión, sino en otras cuestiones como la lectura o las tutorías.
En cierto modo, la interposición de este recurso -que tomará forma de cuestión de inconstitucionalidad al ser un decreto la norma cuestionada- podría ser una concesión de los socialistas a ERC. Acudiendo al TC, los socialistas catalanes demuestran que no temen enfrentarse al Gobierno de Zapatero y dejan claro, tal y como quiere ERC, que usarán todos los mecanismos a su alcance para que nadie interfiera en las competencias de la Generalitat.
En la práctica, el conflicto de competencias ante el Constitucional no es más que un brindis al sol, porque, diga lo que diga el Tribunal, lo cierto es que el Govern ya ha aceptado las tesis del Ejecutivo al dictar su propio decreto de desarrollo e incorporar la tercera hora de castellano, que, en realidad, era la parte polémica. Aun así, la cosa se puede complicar, porque a última hora de la tarde el tripartito apoyó una moción de CiU para recurrir el decreto estatal en el que se obliga a plantear ante el Constitucional la polémica tercera hora.