ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
Ayer se presentó en París el nuevo informe sobre cambio climático del IPCC, el Panel establecido por las Naciones Unidas para avanzar en la comprensión de este fenómeno. Durante los seis años desde la emisión del informe anterior no se ha avanzado mucho, puesto que no se han desarrollado modelos matemáticos nuevos para el fenómeno. Lo que se ha hecho durante estos seis años ha sido establecer un sistema de escenarios diversos analizados con modelos distintos entre sí, para tratar de entender si los resultados obtenidos con anterioridad eran particulares de algún modelo concreto o lo eran del sistema climático en general.
Al mismo tiempo, se han extendido los modelos en el tiempo mucho más de los 100 años que se estudiaron en el informe de 2001. Conjuntos de modelos y extensión en el tiempo llevan todos a la misma conclusión: si seguimos emitiendo CO2 y metano al ritmo actual, o si, al entrar en el sistema capitalista los tres países de economías emergentes, China, India y Brasil, se acelera la emisión, el peligro para el sistema climático, y la sociedad humana es muy, muy grave y muy largo en el tiempo.
Estas conclusiones no tienen discusión. Nos falta mejorar los modelos para poder resolver escalas espaciales muy importantes, para saber cómo va a ser el cambio climático en regiones como las autonomías españolas, pero el que la temperatura media global del planeta subirá alrededor de 4ºC si no cesamos en nuestras emisiones de CO2, es algo seguro. Una subida de 4ºC es catastrófica para la civilización industrial basada en el consumo que hemos montado a lo largo de 100 años.
Quería dedicar la segunda mitad de esta contribución a un aspecto positivo. Se habla siempre del problema, y quiero hablar de la solución. Ésta es cambiar el sistema energético, eliminar los combustibles fósiles y optar por la energía solar. España paga anualmente 12.000 millones de euros para comprar energía. ¿Como sería nuestra vida si en vez de pagar esa cantidad, la recibiésemos al vender energía? Montar energía solar es proporcionar al menos unos cientos de miles de puestos de trabajo cualificado en las distintas ramas del proceso.
Al poner en marcha la energía producida mediante las plantas en los campos españoles, daremos nueva vida a los mismos. Para montar centrales fotovoltaicas necesitaremos miles de ingenieros, de técnicos, dedicados a eso. Para montar en las casas españolas y en los campos de España sistemas solares térmicos, necesitaremos miles de montadores. Para poner en marcha una economía del hidrógeno necesitaremos fábricas, gasoductos, talleres. En definitiva: empleo. Luchemos todos contra el cambio climático: va en nuestro beneficio.
Antonio Ruiz de Elvira es catedrático de Física en la Universidad de Alcalá.
|