ANA Mª NIMO
MADRID.-
Arquitecto, escritor, poeta, pintor, político y si le apuran, hasta actor de teatro. No se trata de un genio renacentista sino de Fernando Chueca Goitia, «uno de los arquitectos españoles más importantes del siglo XX» según la Real Academia de la Historia, que ha querido rendirle un homenaje a los tres años de su muerte.
Para ello, la Academia ha organizado un ciclo de conferencias en torno a la vida de tan fascinante personaje. Desde el 23 de febrero al 5 de marzo, personas tan ilustres como Gonzalo Anes, director de la institución, o el prestigioso arquitecto madrileño Juan Gómez y González de la Buelga, se darán cita en la sede de la Academia para evocar los conocimientos adquiridos y las vivencias compartidas con el maestro.
Sin embargo, la parte más emotiva del homenaje es la exposición que Abraham Rubio Celada praparó, codo con codo, con el propio Fernando Chueca Goitia meses antes de su muerte, y que no ha sido mostrada al público hasta ahora. En ella se recogen pinturas, libros, fotografías... de manera que den una visión amplia de la vida del que fuera un «apasionado humanista».
Repartidas en dos salas, el visitante podrá descubrir a un hombre amante del arte que no se cerraba a nada. Fue Chueca quien convenció al mismísimo Pablo Ruiz Picasso para que organizara su primera exhibición de grabados en España, en la década de los 50. Fue entonces cuando nació su amistad, y muestra de esto son las piezas que se exhiben con la firma del artista malagueño: el retrato Busto de mujer y una curiosa cerámica que Picasso quiso regalar a Goya, la esposa de Chueca.
Además de reproducciones mecánicas de las fachadas de algunas de sus obras, también se pueden ver esbozos de proyectos, que nunca llegaron a materializarse, para la catedral de la Almudena. Es aquí, como explica su hijo, donde se descubre un primer proyecto «con mayor intención creativa». Otra de sus grandes aportaciones al universo arquitectónico es el libro Variantes castizos de la arquitectura, obra fundamentales de la ingeniería española.
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