JAVIER VILLAN
'Angel'
Autor: Michel Verly./ Dirección: Jaime Pujol./ Intérpretes: Llum Barrera, Nacho Fresneda./ Escenario: Teatro Amaya de Madrid.
Calificación: ***
MADRID.- Cierto es que el gigoló contratado por una mujer para ajustar cuentas con su pasado tiene pinta de predicador; a la postre, se revela como un redentor en el que expiación y sacrificio avalan la primera impresión. En ese encuentro laboral, desencadenante de un torbellino de pasiones, la chica tiene pinta de monja exclaustrada. O sea, que tal para cual.
Las cosas se complican, lo cual obliga a Nacho Fresneda a mostrarse un poco más mundano y menos profesional en un abrupto proceso de evolución sentimental.
En Angeles (Llum Barrera) el proceso es menos traumático, pues desde el principio se manifiesta como un personaje más complejo y enrevesado. Llum Barrera pasa por ese proceso con una deliciosa naturalidad; posee el don de expresar con una sonrisa, un levísimo gesto o un silencio, estados de ánimo de intensidad demoledora: transmite y comunica. Halla en Nacho Fresneda primero un contrapunto y luego un cómplice. En el pasado que la solitaria Angeles intenta destruir, fue una adolescente gordita y fea, objeto de burlas y de escarnio en el colegio; en el presente es una mujer dulcemente vengativa que acude a las fiestas de sus viejos compañeros de clase sin sospechar lo que le espera; el futuro se presenta indescifrable o, si se quiere, dramáticamente impredecible.
Angel es un viaje a los infiernos que, a su vez, son la puerta de escape hacia la liberación. El gigoló será el héroe vengador que, en la inesperada tragedia, oficia de sacerdote y de víctima, dualidad que supone el máximo ejemplo de la expiación y de la inocencia; será de su propio y amargo pasado en cierta medida parejo al de Angeles de donde extraiga la determinación y la fuerza.
El gradualismo de la acción, el suave tránsito de comedia a drama, es apenas perceptible; y ello se debe a una escritura inteligente, una dirección sin estridencias y una interpretación medida en Fresneda y conmovedora en Llum Barrera: comediante cuando es feliz y mártir cuando sufre. En Angel andan sueltos ángeles con las alas cortadas, pero hay también muchos demonios imprevistos.
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