Doña Concha Piquer era clienta de Loewe. Al quitarse las peinetas se convertía en una mujer de mundo, elegante y refinada. En la tienda de Gran Vía de Madrid -la primera y la única durante años-, la gran dama de la canción española compraba sus guantes, carteras o pequeños cofres. Los legendarios baúles de la Piquer se encargaban a un taller de EEUU donde los hacían a la medida de sus trajes. Su hija, Conchín, no recuerda la ciudad exacta donde se elaboraban, pero asegura que se trataba de un lugar de la América profunda.
Con la exposición de sus trajes a los sones del último disco de la madre a dúo con la hija, Loewe ha querido rendir homenaje a la reina de la copla coincidiendo con la celebración de su centenario. Pero no es este el único motivo, sino que también quieren honrarla por ser vecina del barrio. Alfredo Amestoy inventó el colectivo Amigos de la Gran Vía, un grupo de personas que, como él, se resisten a que sus casas acaben convertidas en oficinas o cines y a que los teatros se cierren para hacer negocios inmobiliarios. La última vecina en incorporarse ha sido Massiel.
De la copla a la fiesta del turismo. La nueva edición de Fitur confirma que España va bien, pero hay gente que prefiere escaparse a destinos menos caros y masificados, con mejor servicio y mejor talante. El mismo talante que tenían los españoles que recibían con los brazos abiertos a las primeras oleadas de turistas.
En la fiesta de Ibiza y Formentera, en el Palace, corrían muchos rumores, quizá interesados: «El próximo alcalde corrupto ¿será isleño?», comentaban en algún corrillo. «Allí no hay casos excepcionales, todo es pura corrupción, desde hace años mangonean los mismos, ellos construyen, dan las licencias y destruyen», se lamentaba un pesimista.
En cambio, José María Gutiérrez, Guti, llegó a la fiesta feliz, como si se hubiera quitado un peso de encima: «¿Que cómo van las cosas por el Real Madrid? Por fin ha llegado la calma, la serenidad...», contestó encantado, aunque se apresuró a añadir que esa nueva atmósfera no tiene que ver con la marcha de Ronaldo y Beckham. Ahora Guti y Arancha se quedan como la única pareja fashion del club blanco. La rivalidad entre algunos jugadores se extendía también a sus respectivas esposas.
Menos feliz está Bertín Osborne que, después de esperar tan ilusionado la llegada de su primer hijo varón, ha sido sorprendido por el alumbramiento del pequeño tres meses antes de lo previsto y con problemas. Fabiola Martínez, la modelo venezolana que ha cortado la coleta al playboy más simpático de los últimos tiempos, hablaba, poco después de haber posado para Prenatal con la nueva colección premamá de la firma, de los planes de la familia para hacerse una casa dentro de la bodega que han comprado en el norte de España. Los vinos de Bertín van viento en popa y ni él ni su mujer, con la que trabaja codo con codo, quieren seguir pasando la semana de avión en avión, entre Sevilla y Bilbao. La nueva situación familiar cambia las cosas y esperan salir adelante.
Otro triunfador, Arturo, aumenta su imperio hostelero y de restauración, que con 3.000 empleados sólo en la capital igual dispensa en una cacería con Don Juan Carlos que en la nueva cocina del legendario El Amparo de Madrid, su última adquisición. También están a su cargo la cantina de Televisión Española y Antena 3, el restaurante del Teatro Real, el del auditorio de El Escorial, asociado con Enrique Cornejo, o la cocina del Palacio de La Moncloa. Sirve a reyes, artistas y ministros. Ha llegado a la meta.
