«Cuando se cometen barbaridades, puede haber alguien que piense en acabar con todo de forma rápida». Santiago Mainar fue el único vecino de Fago que aceptó conversar distendidamente con los medios de comunicación. Ahora sus declaraciones pueden comprometerle, especialmente aquellas en las que revelaba su animadversión hacia el alcalde asesinado, Miguel Grima:
A 'EL MUNDO'
«La mente humana es muy complicada. En Fago se puede hacer un estudio sociológico de la perversión de la conducta humana».
«El sistema protege sólo a los que mandan y nadie hace nada para escuchar a los agraviados hasta que ya es demasiado tarde».
«Ese hombre me hizo ganadero y hostelero. Hace años me quiso cerrar las naves en las que tengo vacas y, pa joderle, compré muchas más vacas. Y me hizo hostelero porque él hizo una casa rural y me dije: 'Pues ahora haré yo otra, mejor y más barata'. Sólo pa joderle y fastidiarle».
«Esto antes era fantástico hasta que llegó éste. Desde entonces, hemos involucionado».
«Ahora lloramos a este señor cuando si su partido, o los políticos, o los jueces, le hubiesen parado los pies en la primera alcaldada, este pueblo sería una balsa de aceite».
«Hablo porque no me da la gana callarme. Porque en este país siempre hablan los mismos, los caciques, y los demás siempre se callan. La semana que viene me harán la vida imposible porque he hablado».
A 'EL DIARIO VASCO'
«Cuando se cometen barbaridades, puede haber alguien que piense en acabar con todo de forma rápida».
«Ha utilizado el poder que le da la democracia de forma corrupta, y eso crea rencillas. Y la gente tiene que defenderse de las agresiones».
«Le hacía la vida imposible a la gente que no le votaba. Es como preguntarle a un judío superviviente de Auschwitz que le cuente su experiencia en dos minutos».
«Me presenté como candidato por el PSOE aun sabiendo que no salía, porque hasta 25 sé contar. Pero tenía el deber ético de hacerlo, porque la gente aquí es un poquillo rara».
«No tengo ni idea de si fue una emboscada. Algo tiene que haber. De todas formas, hay varias versiones».
«Estamos nerviosos, es una circunstancia muy especial; no estamos aquí más que pasándolo muy mal, tan mal como cualquiera».
A 'EL DIARIO DE LEON'
«No asesina quien, como nosotros, lleva años usando la vía legal, pleiteando, para defenderse».
«Me siento señalado. Somos sospechosos. Es dolor sobre más dolor. Antes teníamos una muela picada y ahora tenemos tres. Sólo le rompen la cara al que la da».
«Estoy preocupado porque cualquiera puede coger cosas mías, desde un martillo a ropa, o dejar pelos de mi perro o fibras de mi jersey. A veces dejo las botas fuera... Imagine que las cojan y que dejen huellas de ellas en el entorno del crimen».
A 'LAS PROVINCIAS'
«Yo le traje aquí, le busqué casa por 350.000 pesetas. Si lo llego a saber antes...».
A 'LA VOZ DE GALICIA'
«Aquí no hay democracia, sólo síndrome de Estocolmo con el cacique. Es, como dice Vargas Llosa, la dictadura perfecta. Si discrepas, la única vía que te dan es el juzgado, que no es una solución».
A 'EL CORREO'
«Ahí está la escopeta, a disposición de quien la reclame: no tengo nada que ocultar».