Contra la resolución de la Sala no cabe presentación de recurso, de manera que con ella queda cerrado el último de los caminos emprendidos por el teniente general Mena para encontrar reparo a la sanción y a la retirada del servicio por pérdida de confianza que se le impuso por transgredir el principio de neutralidad política.

El teniente general Mena Aguado fue sancionado y apartado de su destino como Jefe de la Fuerza Terrestre, en enero de 2006, a raíz de las opiniones críticas que expresó públicamente contra el Estatuto de Cataluña durante el acto de celebración de la Pascua Militar, que él presidía, por razón de su rango, en la Capitanía General de Sevilla.

En aquella ocasión, y mientras el Rey se dirigía a la cúpula militar reunida en el Palacio Real de Madrid, Mena echó mano del artículo 8 de la Constitución para sugerir que un ataque contra la unidad del Estado, como el que él reprochaba al citado Estatuto, podía suscitar una reacción de las Fuerzas Armadas.

El caso Mena provocó un revuelo imponente que dio a lugar a opiniones encontradas en el ámbito militar. Una de estas opiniones, contraria absolutamente a la actitud del teniente general, fue la del coronel Fernando Abalos, quien en una carta remitida privadamente a una periodista, tal y como constata el Tribunal Militar, tachaba la actitud del teniente general Mena de «desleal», «bananera» y propia de un «espíritu antediluviano».

La carta fue publicada por el diario ABC y ello dio lugar a que Mena, ya sancionado, presentara una querella criminal contra el coronel Abalo por un delito de insubordinación, en su modalidad de insulto a superior, tal y como tipifica el artículo 101 del Código Penal Militar. Ésta era la segunda vía abierta por el teniente general para intentar reparar su honor. La primera le fue denegada por la Sala Militar del Tribunal Supremo, que rechazó por unanimidad el recurso que presentó contra la sanción disciplinaria que le impuso el ministro de Defensa.

Ahora, el Tribunal Militar Central archiva la querella contra el coronel Abalo al coincidir con los argumentos de la defensa, llevada a cabo por el secretario general de la Asociación Unificada de Militares Españoles (Aume), Mariano Casado.

El Tribunal asume los argumentos del fiscal militar y de la defensa del coronel, que consideran que lo expresado por Abalo en su carta «no es constitutivo de delito»; que, en la misma, «no hay constancia de un dolo que abarque la intención de formular expresiones injuriosas directamente dirigidas a un superior jerárquico»; y, además, que no se aprecia intención en el coronel de hacer pública su misiva.

El Tribunal asume también que «ni la fama, ni la propia estimación del general Mena» fueron lesionadas. E incluso en el auto se precisa que, si algún perjuicio sufrió el alto militar, fue debido justamente «a su propio comportamiento durante la Pascua Militar».

En opinión de la Justicia militar, la carta de Abalo censura el comportamiento del teniente general, pero lo hace en unos términos -tal y como apuntaba en sus argumentos el fiscal jurídico militar- que no contradicen «los principios de igualdad, libertad y pluralismo que se proyectan en la libertad de expresión y de opinión de terceras personas».

Con este auto, dictado el 25 de enero, se zanja judicialmente el caso Mena. El teniente general pasó a la reserva a mediados de enero de 2006 y fue sustituido como Jefe de la Fuerza Terrestre por el teniente general Pedro Pitarch.