NANDO GARCIA
BARCELONA.-
Lo que llevó a tres hombres encapuchados a irrumpir en una casa de Sudanell, en Lleida, a agredir al hijo del propietario y a acabar siendo tiroteados no fue un intento de robo. Se trató de un ajuste de cuentas por deudas de drogas, según explicaron ayer fuentes de la investigación a EL MUNDO, que añadieron que los Mossos d'Esquadra ya se lo han comunicado a la juez que instruye el caso. Un portavoz de la Policía autonómica no quiso ayer ni confirmar ni desmentir este extremo, amparándose en el secreto de sumario que mantiene la juez.
Las últimas pesquisas que están llevando a cabo los policías que investigan el asalto, que se saldó la semana pasada con la muerte de dos de los encapuchados tras ser disparados por Sebastià Ges, el dueño de la casa, se centran en la relación que mantenía su hijo, Eladi, de 25 años, con los intrusos. Las citadas fuentes señalaron que el joven -que estaba siendo maniatado y agredido cuando su padre sorprendió a los intrusos- podía haber hecho negocios con estupefacientes con los asaltantes.
El pasado miércoles, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lleida dejó en libertad con cargos a Sebastià Ges, después de que éste declarara cómo se encontró a tres encapuchados que forcejeaban con su hijo y decidió disparales. Así acabó con la vida de Javier Temprano y David Fábregas. El hermano de este último, Antoni, consiguió huir, aunque poco después fue detenido.
Los Mossos están investigando si Sebastià Ges conocía el motivo por el que los asaltantes agredían a su hijo, ya que si fuera así podría cambiar la calificación jurídica de su conducta.
Los familiares de los hermanos que asaltaron la casa -uno está en prisión provisional y el otro está muerto- aseguran que el móvil fue una venganza a raíz de un incidente que ocurrió la noche de Fin de Año en una discoteca de la tarraconense localidad de Riudoms. Según su versión, Javier Temprano, -el primero de los asaltantes que perdió la vida- y su novia recibieron una paliza.
Por otra parte, los Mossos continúan buscando al cuarto asaltante. Todo apunta a que no entró en la vivienda y esperó a sus compañeros en el interior de un coche en la calle. Fuentes de la investigación aseguraron que podría ser el cabecilla de la banda. Este hombre habría huido cuando escuchó los disparos y ni siquiera recogió a su compañero cuando salió de la casa corriendo y se deshizo de un arma. Minutos después, este individuo fue detenido en Albatàrrec cuando estaba haciendo autostop. Este hombre está en prisión provisional desde el lunes por orden de la juez que dirige las pesquisas.
Los Mossos han solicitado ayuda a la Guardia Civil para intentar dar con el cuarto asaltante, ya que creen que podría estar escondido en Cambrils (Tarragona), zona en la que residen los intrusos.
|