La vida del pastor era dura y solitaria. Y más aún en aquellos inviernos feroces en fríos y nevazos como el tardío que, al fin, se ha decidido caer estos días en los que todos ya pensábamos en la primavera.
Narrábamos hace pocas semanas en esta misma página la sorpresa de descubrir, a comienzos del mes de enero, mariposas abrileñas revoloteando entre los piornos del alto del Guadarrama. Hoy hablamos de frío y nieve.
Sin noticias de la nieve en todo el invierno, al fin nevó a finales de enero. Los expertos reunidos en París lo han confirmado: hemos cambiado el clima, tanto, que estamos a punto de destruir el equilibrio natural del planeta. Nadie lo duda. Pocos hacen algo. Nada quienes más debieran hacerlo: los gobiernos cicateros y oportunistas que sólo emprenden acciones de réditos electorales.
La vida del pastor era dura y solitaria. Así lo dice el cartel situado en una majada pastoril situada en Pinilla del Valle. Forman parte, cartel y choza, de la Ruta de los Oficios, tal vez la más encomiable iniciativa para promover el ocio que se ha realizado en los últimos tiempos en el Guadarrama.
Seis oficios, a los que pronto se añadirán otros dos, que recuerdan la vida serrana del pasado, unidos por una ruta señalizada. Este es el resumen. Pero hay que verlo.
Se inicia la ruta en la misma Pinilla, en cuya casa de la cultura se ha reconstruido una fragua. De ella se sale por la carretera hasta un puentecillo situado al pie de la M-604. Cruzarlo, atravesar una cancela y luego un túnel por el que se pasa bajo la carretera.
Aguas arriba del arroyo de los Hoyos se llega al restaurado Molino del Navazo, la tercera parada. A partir de este punto hay dos posibilidades. La primera, señalizada, es por la orilla del riachuelo. La segunda por la pista situada algo más alta en su lado izquierdo. Con el manto de nieve que cubre estos días la sierra, no hay duda que ésta segunda es la mejor opción.
Se continúa hasta alcanzar la altura de la baliza 14, situada junto al arroyo. En este punto se deja la pista, para subir por la ladera de la izquierda, a través del bosque. El camino, sin pérdida, lo señalan puntos fucsias pintados sobre los troncos de los árboles.
La subida concluye en una pista que se toma a la derecha. Los postes 16 y 17, el último en una encrucijada donde se elige la opción izquierda, tutelan la marcha.
Doscientos metros después de una cerrada curva a la izquierda, abandonar la pista y empezar el descenso por mitad del bosque.
Casi allí mismo se alcanza la majada. Enclavado en uno de los más agradables, desconocidos y accesibles de todo el Guadarrama, este chozo orienta su puerta a mediodía, como mandan los ancestrales cánones majadeños.
Alta de no más de metro y medio, poco más de dos de lado a lado, el techo piornero se adivina bajo la cuarta de nieve fresca. Recias paredes de piedras y la mínima oquedad de la puerta abierta a la fachada más soleada. Lo clásico.
El caminante desciende, un poco afectado por la nostalgia de aquellos tiempos donde pastores y lobos se repartían estas tierras y majadas. Sin que ninguno supiera palabra de otros cambios en el tiempo que los que producían los primeros y puntuales nevazos, allá hacia noviembre, y la promesa de los provechosos estíos a partir de las sanjuanadas.
Las señales ayudan a desvelar el descenso correcto por el robledal. Hasta la carbonera, ya en terreno despejado. En ella, los montones de materia vegetal que enseñan tan provechoso oficio, hoy parecen desmesurados muñecos de nieve.
Empalma el descenso con una pista que, tomada a la derecha, pasa por la pared seca y concluye en el puente por el que el caminante, lleno de nieve nueva y oficios viejos, retorna a Pinilla.
RUTA GUIADA
Ayuntamiento. La Ruta de los Oficios es una iniciativa municipal, que ofrece recorridos guiados, previa petición. Esta es la opción más recomendable para recorrerla, más aún estos días que la nieve ha cubierto los campos y es más fácil extraviarse. No hacerla solos ni con mal tiempo. Información: Ayto. de Pinilla del Valle. (Tel.: 918 693 052).
VOCES DEL PASADO
Oficios reales. Anchas, podones, herraduras, azadas, yunque, martillo... en fin, el universo férrico de los herreros se acuartela en la Casa de Cultura de Pinilla del Valle, punto de partida de esta singular ruta. Como el resto de elementos, se han recuperado su uso del olvido, gracias a las informaciones proporcionadas por quienes los conocieron.
PINILLA DEL VALLE
Pistas. Para realizar con garantías esta ruta durante los días en que está cubierta de nieve es imprescindible llevar botas de montaña y bastones de treking. No olvidar ropa de abrigo y gafas.
Comer: Restaurante La Nogaleda. (Tel: 918 693 212). Pinilla del Valle. Dormir: Alojamientos El Bosque. (Tel.: 918 691 658). Alameda del Valle.