Lunes, 5 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6259.
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La quimera de elegir escuela
Las familias numerosas y los padres de niños con enfermedades crónicas cargan contra el decreto que pretende privarles de sus privilegios para escoger centro
VICTOR MONDELO

BARCELONA.- Montserrat Garrigó vive en Terrassa y es madre de una niña de 11 años; Joan Vilaseca, de Alella, es padre de uno de ocho y tiene un tocayo en Barcelona, de apellido Garriga, con tres hijos más: uno de cuatro, otro de dos y un bebé de uno.No se conocen. No son compañeros de trabajo ni tienen amistades en común. De hecho, es más que probable que jamás se hayan visto.Pero comparten una misma preocupación: nunca han tenido fácil encontrar una escuela adecuada para sus hijos y temen que, a partir de ahora, les resulte todavía más complicado.

Un temor fundado. La hija de Montserrat es alérgica a los frutos secos, a las legumbres y al huevo; el de Joan es celíaco, no tolera el gluten; y los hijos del otro Joan, el barcelonés, aunque gozan de buena salud, son tres, lo que convierte a su familia en numerosa. Hasta el momento, estos progenitores tenían preferencia a la hora de matricular a sus hijos en un centro educativo sufragado con fondos públicos. Las necesidades alimentarias especiales de los niños, en los dos primeros casos, y la dificultad que supone atender a tres criaturas, en el otro, les concedía cierta ventaja sobre el resto de padres que aspiraban a conseguir una plaza. Ahora, el nuevo conseller d'Educació, Ernest Maragall, pretende privarles de los privilegios que les otorgaba la ley.

El Decreto de Admisión de Alumnos aprobado en 2004 bebía de la anterior ley orgánica de educación, la LOCE, y establecía, igual que la norma reguladora del Estado, que, en Cataluña, los niños con dos hermanos o más, es decir, los que pertenecían a familias numerosas; y los que sufrían enfermedades crónicas derivadas del sistema digestivo, endocrino o metabólico -celíacos, diabéticos, alérgicos-, que exigían una dieta especial para no ver afectado su estado de salud, partían con 15 y 10 puntos extra respectivamente en el sistema de baremación para elegir centro. El nuevo proyecto que quiere impulsar Educació elimina estos puntos y sólo contempla como criterios válidos que el alumno tenga hermanos estudiando o un progenitor trabajando en el centro (40 puntos), la proximidad del domicilio familiar o del lugar de trabajo de los padres (20 puntos), la renta per cápita (20 puntos) y que el alumno, un hermano o alguno de los padres, sufran una discapacidad igual o superior al 33%.

El borrador del nuevo decreto de admisión toma como ejemplo la LOE, aprobada por el Ejecutivo socialista. Y reproduce literalmente su artículo 84, en el que no se establece privilegio alguno para los enfermos crónicos ni para las familias numerosas. Eso mismo denuncia Joan Vilaseca. «Lo que se ha hecho aquí es un copiar pegar de la LOE, sin pensar en los criterios», dice. El departamento dirigido por Ernest Maragall se escuda, efectivamente, en la variación de la ley marco de educación española; pero existen casos como el de Castilla la Mancha en los que se ha adaptado parcialmente la norma. En esa comunidad, también de gobierno socialista, las familias numerosas preservan sus privilegios.

Joan Garriga entiende que el modelo castellano-manchego debería aplicarse también en Cataluña. Considera que las familias numerosas son «un colectivo a proteger» y que, en su caso, «escoger colegio es fundamental para poder conciliar la vida personal y laboral».

La Fanoc (Famílies nombroses de Catalunya) suscribe la opinión de Joan. Asegura que el nuevo decreto atenta contra los derechos de sus miembros y que además «viola» la Ley de Protección de Familias Numerosas de 2003. También cree que contradice lo recogido por el nuevo Estatut d'Autonomia en su artículo 40. «Los poderes públicos deberán promover normativas dirigidas a garantizar la conciliación de la vida laboral y familiar y a tener descendencia, con una atención especial a las familias numerosas», reza el texto estatutario.

No menos enojada está Montserrat Garrigó. Como madre de hija multialérgica sostiene que se siente «socialmente menospreciada» y dice no entender el fundamento de este giro de timón. Educació alega que los enfermos crónicos deben perder sus puntos porque se han detectado numerosos certificados médicos fraudulentos de niños que no tenían plaza en el centro escogido como primera opción. Montserrat replica que «comprobar que no existe fraude es tan sencillo como pedir una historia clínica completa y no conformarse con un simple certificado».

Son muchos los que comparten la opinión de estos tres padres.No en vano, la norma ha recibido 450 alegaciones, 25 provenientes de asociaciones de alérgicos y de familias numerosas. Entre ellas, también se encuentran las de los dos grupos de la oposición.CiU defiende que «es un error aplicar directamente lo que dice la LOE cuando Cataluña tiene una realidad social distinta»; mientras que el PP asegura que el proyecto de decreto «vulnera los derechos que las familias ya tenían».

Incluso el Consell Escolar se ha posicionado en contra de Educació.El pasado martes emitió un comunicado en el que recomendaba a la Generalitat que modificara el proyecto de decreto de admisión para que las familias numerosas y los enfermos crónicos pudieran contar con sus puntos adicionales. La opinión de este órgano consultivo no es vinculante, pero pone contra las cuerdas al departamento de Ernest Maragall.

Joan Vilaseca, Montserrat Garrigó y Joan Garriga; y como ellos muchos otros padres con el mismo problema, esperan una rectificación que no convierta la elección de una escuela para sus hijos en una quimera.

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