Corría el minuto 64. El Barça se atascaba irremisiblemente en ataque y Eto'o saltó del banquillo para calentar. Frank Rijkaard adelantó que podía tener minutos, cuatro meses después de su grave lesión, y ése parecía el primer paso. Saviola, además, acababa de ser sustituido por Iniesta y Gudjohnsen, indispuesto por unos problemas físicos, no estaba en condiciones de jugar.

Desde el banquillo, el camerunés vivía el partido con toda la intensidad del mundo, recriminando a los suyos cualquier leve despiste defensivo y gritando a cada jugada. A buen seguro, deseando saltar al terreno de juego para correr libre entre los defensas rivales, como el león indomable con el que tanto le gusta identificarse.El rey de la selva. Ayer, sin Ronaldinho, tal vez el camerunés también podía sentirse rey indiscutible del Barça. No se olvidaba del partido ni en el calentamiento. Se moría de ganas de entrar.Y hasta se acercó a Rijkaard, tal vez para comunicarle que estaba más que dispuesto para abrir la lata.

En el minuto 77, Eto'o se quitó el chándal. Hasta pasado el 84 no acabó su retahíla de preparativos y se dispuso a entrar en el campo. A cinco minutos del final, se encargó de sustituir a Deco. El tiempo apremiaba. En su primer balón, Cruchaga se le adelantó para despejar. De nada le sirvió quejarse al árbitro.Hasta bajó al centro del campo para recoger el cuero y encarar a la defensa en carrera. Ayer, no obstante, todavía no era el día para volver a marcar. Ante el Racing, tal vez dispondrá de más minutos y podrá volver a rugir de alegría tras anotar.

El Barça necesita sus tantos. Y él está convencido de que podrá celebrarlos muy pronto. «Más que con el resultado, me quedo con la actitud. Llevábamos dos partidos en los que no éramos el Barça.Ahora sólo hay que marcar. He visto al Barça que nos ha hecho soñar a todos. Los goles volverán», explicaba el delantero camerunés tras el partido.

«Vine para participar más que nada», dijo después en la Ser.Reconoció que estos algo más de cuatro meses se le han hecho «muy largos», y quiso rebajar la euforia por el regreso en virtud de lo que le han dicho los médicos. «Hasta dentro de un año no estaré del todo bien. Me refiero al tono físico. Los doctores me dicen que ese es el tiempo que tardaré en recuperar el tono muscular que tenía en la pierna antes de lesionarme», reconoció el delantero.

Se quedó sin marcar, pero volver a pisar el césped de un terreno de juego, con tantos ojos pendientes de él, le sentó a gloria.«Todo lo malo ya se ha quedado atrás. Ahora empieza una nueva etapa para mí. Parecía casi mi primer partido en Primera División.Con la actitud que ha mostrado el equipo, desde el primer minuto, era fácil salir», recalcó. No había ningún miedo a la recaída.Ni el maltrecho césped del Reyno de Navarra iba a frenarlo, a pesar de las precauciones de Rijkaard. «El mister no paraba de preguntarme si me sentía seguro, pero yo sabía que iba a jugar», aseguró Eto'o.

De antemano, según apuntó, ya había pactado cuándo iba a saltar al terreno de juego. Su retraso, interminable para algunos, se debió a los problemas musculares de última hora de Márquez. «Tenía que salir Motta por Rafa y yo me he tomado mi tiempo», explicó el camerunés. Ahora, sólo falta saber cuándo regresará a la titularidad.Por el momento, prefiere darle tiempo al tiempo, aunque es posible que también bata récords en este sentido.

Rijkaard parece dispuesto a darle pista libre a la menor oportunidad, pero por ahora aboga por la cautela: «Después de tanto tiempo fuera, es normal que no pueda jugar muchos minutos. Ante todo, hay que actuar con prudencia». En sus esquemas, el camerunés es un jugador básico, vital: «Samuel es muy importante psicológicamente para el equipo, si tiene el alta puede jugar y coger ritmo. Ha podido participar en el juego y sólo le faltan partidos».