La expedición azulgrana terminó con la sensación de que el equipo había mejorado su imagen, y que la seguida en el Reyno de Navarra era la senda a seguir para recuperar la vitola de gran campeón.Sin embargo, Frank Rijkaard no mostró una actitud acorde a esa conclusión tras el encuentro. Su actitud ante la prensa fue recelosa y esquiva, como cuando respondió con un seco «eso se lo explico a los jugadores» a la pregunta de por qué había no había jugado Iniesta.
El técnico azulgrana alimentó la visión optimista del empate: «El Barça ha mostrado una buena actitud, y ellos han ganado a grandes equipos aquí». Rijkaard se sacó esa excusa de la manga, porque los rivales más prestigiosos que han caído en el Reyno de Navarra son Deportivo y Betis, y un leve vistazo a la clasificación permite comprobar que ninguno está viviendo una temporada demasiado fructífera. «Aún así -prosiguió-, hemos tenido más ocasiones y con algo de suerte podríamos haber ganado. Tampoco hay que olvidar las circunstancias del campo, que no ayudan a nuestro juego». Ese argumento es más verosímil, porque en efecto el terreno era un auténtico patatal, con el césped levantado por todo el perímetro.
Sobre la gran novedad, Ezquerro aparte, del equipo, el cambio de posición entre Márquez, ayer pivote, y Edmilson, que bajó después de mucho tiempo al central, Rijkaard se limitó a decir: «Hemos pensado que podrían cambiarse y han funcionado bastante bien». Seguramente el mexicano sí, porque al menos mejoró su funesto rendimiento en los últimos partidos, pero Edmilson se evidenció algo lento y desubicado, como siempre que ha acompañado a Puyol en el centro de la zaga.
«Hay que estar contento con este punto. La Liga es muy complicada», arengó Rijkaard. Los resultados de Madrid y Sevilla le dieron la razón. / D. B.
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