CELTA 1
NASTIC 1
BALAIDOS. 13.000 ESPECTADORES.
Pinto
Placente
Contreras
Tamas
Angel
Iriney
Oubiña
Nené
Gustavo López
Cannobio
Baiano
Cambios: Núñez por Gustavo López (min. 58)
Aspas por Nené (min. 65)
Guayre por Cannobio (min. 84) s.c.
Bizzarri
Calvo
Matellán
Navas
Mingo
Morales
Generelo
Juan Díaz
Campano
Pinilla
Portillo
Cambios: Cuéllar por Juan Díaz (min. 54)
Merino por Generelo (min. 65)
Rubén Castro por Pinilla (min. 85)
Arbitro: Fernández Borbalán
Tarjetas amarillas: Morales, Angel.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Oubiña (m. 50). 1-1: Portillo (min. 78).
El Nàstic ofrece síntomas de mejoría, pero sigue en estado comatoso. Ha dejado de ser profundo porque ha sumado cuatro puntos en dos partidos, pero está al borde del precipicio, del negro definitivo. Estuvo ayer el conjunto grana a punto de despedirse de Primera cuando encajó el gol, pero, como hecho novedoso esta temporada, supo reaccionar, serenarse y construir la remontada. Y todo esto con un Celta desconcertante, tan plagado de calidad ofensiva como de desorden en la medular y temblores defensivos. El equipo de Fernando Vázquez -quizá muy pronto deje de ser suyo- demostró que si está coqueteando con el descenso no es por culpa de la mala suerte.
El de ayer en Balaídos fue uno de los choques entre necesitados más prematuros de la temporada. Y el empate no benefició a ninguno de los contendientes porque el resto de rivales sacó más petróleo en esta jornada. Haber sido capaz de remontar el gol inicial del Celta y empatar en campo ajeno inyectó de moral al Nàstic, pero los fríos e irrefutables números indican que hoy está peor que ayer. Se mantiene a 10 puntos de la salvación, pero el furgón de cola se ha estirado mucho. Y ese análisis sirve también para el Celta.
El cuadro celeste tuvo la victoria en el primer tiempo. Fue entonces cuando pudo marcar hasta tres goles, pero unas veces la poca puntería y otras el acierto de Bizzarri -el argentino completó su mejor partido con el Nàstic- frustraron las intentonas, casi todas fraguadas al contragolpe. Cannobio era el principal artillero del Celta, llegando desde atrás y surtiendo de balones a Baiano y en ocasiones a Nené. Fue, sin embargo, Oubiña por dos veces quien disfrutó de las ocasiones más claras. Remató ambos balones a las piernas de Bizzarri, solo en el interior del área. Por mucho que los centrales grana se empeñaran en hacer aguas y dejar huecos flagrantes, el Celta fue incapaz de marcar.
En el segundo tiempo el conjunto de Vázquez -que vio el partido en la grada por la expulsión del Camp Nou- aprovechó tanta candidez y se adelantó mediante un remate con la testa de Oubiña, abandonado por la defensa del Nàstic. A partir de entonces los de Flores se apoderaron del juego aunque con poca precisión y escasa llegada al área, pero en una de las pocas jugadas bien hilvanadas Portillo marcó de cabeza.
Los instantes finales fueron de ida y vuelta desesperada, pero todo terminó en un justo empate.