Fue el gran beneficiado del domingo, y eso que descansó. El Valencia es ya un claro aspirante. Ha pasado su crisis particular y suma siete victorias en los últimos ocho partidos. Tras derrotar con claridad al Atlético el sábado, sobreponiéndose al traspié de la jornada anterior en el Ruiz de Lopera, los de Quique se vieron impulsados ayer por los respectivos pinchazos del Sevilla, Real Madrid y Barcelona. Ya están terceros, a tan sólo cuatro puntos del liderato. Tumbados en el sofá, pendientes del transistor, fue una tarde redonda para los valencianistas.
Empates para los desahuciados.
Tenía muy mala pinta a priori la jornada para Real Sociedad y Nàstic. Salidas complicadas para dos equipos hundidos en la tabla, que ven la salvación en un horizonte muy lejano. Si bien no endulzaron mucho su situación, al menos no la empeoraron. Pescaron sendos empates, oxígeno cuando el agua llega al cuello.
Tremendo mérito tuvo lo de los donostiarras. Después de ocho victorias consecutivas en el Sánchez Pizjuán, el Mallorca había deshonrado el estadio sevillista en enero. Había ganas de volver a regalar tres puntos a la afición, pero los de Juande, con algunos jugadores descansando para los derbis de esta semana, no fueron capaces de romper la portería de Bravo. A la Real, en medio de una de las crisis más rotundas de su historia, el punto le deja, al menos, a la misma distancia que estaba de la salvación (ocho). Sin embargo, perdió algo más importante, a Gari Uranga, que cayó lesionado en su rodilla en la segunda parte y todo indica que gravemente.
El Nàstic, a pesar de tener un punto menos que los vascos, anda un poco mejor. La goleada de la pasada jornada al Espanyol (4-0) le ha otorgado esperanzas renovadas y ayer, ante un Celta en clara depresión -lleva 10 jornadas sin ganar-, remontó con un gol de Portillo para arañar un valioso empate.
Crisis.
Preocupada debe estar la afición en Vigo. El equipo ha entrado en barrena. No gana en la Liga desde el 19 de noviembre (0-1 en La Coruña), y por Balaídos sólo han visto un triunfo en todo lo que va de competición (15 de octubre, 3-2 al Valencia). Así es normal que Fernando Vázquez esté en la cuerda floja. La visita del colista debía ser un punto de inflexión y así parecía cuando el cabezazo de Oubiña adelantó a los vigueses. Pero no hubo manera, y las «medidas extraordinarias» anticipadas por la directiva celtiña podrían hacerse realidad a lo largo de la semana. Peligra el puesto de Vázquez.
Victoria inesperada.
El otro que partía en los puestos de descenso fue el más beneficiado de la jornada. No se le pasaba por la cabeza a Abel que Madrid fuera el mejor escenario para estrenarse a domicilio como entrenador levantino. Con esos tres importantísimos puntos -la primera victoria del Levante en el Bernabéu-, iguala en la tabla al Celta y al Athletic, y únicamente el gol-average le mantiene en la antepenúltima plaza.
Goles debutantes.
Tuvieron relevancia desigual, pero dos de las nuevas caras aterrizadas en invierno en Primera se estrenaron como goleadores. Tommason debutó con el Villarreal la pasada jornada ante el Madrid. Ayer marcó en Huelva, aunque el equipo de Pellegrini no pudo remontar. Más importancia tuvo el tanto de Pancrate para el Betis. Salió en el minuto 73, y dos minutos después de su debut, marcó el 0-2 al Athletic, asegurando el triunfo de un Betis cada vez con mejor cara. Por cierto, Mané sigue sin saber lo que es ganar a un Luis Fernández, que no celebró los goles del Betis en San Mamés.