PALERMO.-
Raciti es la segunda víctima relacionada con el Catania en los últimos años. En 2001, también en un derbi siciliano, se produjo un muerto tras los incidentes entre los ultras cataneses y del Messina. Ambos clubes se jugaban su ascenso a la Segunda División italiana, en una intensa eliminatoria de desempate. Antonio Curró, de 24 años, falleció al explosionarle otro objeto similar a la bomba carta que causó la muerte del agente Raciti. Aquella tragedia, acontecida a las puertas del estadio del Messina tras finalizar el partido, desató una guerra entre las hinchadas de los tres equipos sicilianos, enfrentados entre sí históricamente. El Messina-Catania y, sobre todo, el Catania-Palermo son considerados por la policía como encuentros de máximo riesgo en los últimos años. Esta temporada, los tres equipos coinciden por primera vez en la historia en la Serie A.
Ahora el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) propondrá no renovar las licencias de apertura a los estadios que no cumplan las normas de seguridad con el objetivo de garantizar ésta. La propuesta, que será trasladada a los órganos competentes, fue tomada en una sesión extraordinaria celebrada ayer con motivo de la violencia en el fútbol. La iniciativa, adoptada conjuntamente con representantes de la Federación de Fútbol, asistentes en la reunión, debería entrar en vigor la temporada 2007/2008.
La propuesta prevé también que los clubes puedan ser perseguidos por la Justicia deportiva, no sólo por la responsabilidad en el interior del estadio, sino en el exterior inmediato. Las medidas propuestas por el CONI y la Federación de Fútbol serán trasladadas hoy a la ministra de Políticas Juveniles y Actividades Deportivas, Giovanna Melandri. Además, la junta del CONI ha hecho pública su decisión de asignar una beca de estudios a los dos hijos de Filippo Raciti, el inspector de policía muerto.
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