PABLO PARDO. Especial para EL MUNDO
WASHINGTON.-
Estados Unidos es un país hecho para litigar. Y para registrar la propiedad intelectual de todo. Un ejemplo de la primera característica es el de un ciudadano que en 2002 denunció -y ganó- a un fabricante de automóviles porque, tras comprarse una caravana, puso el piloto automático y se fue a la parte de atrás del coche a prepararse un café. Evidentemente, al llegar a la primera curva, el vehículo siguió recto. Pero el juez dio la razón al usuario, dado que en el libro de instrucciones de la caravana no se advertía contra el peligro de poner el coche en piloto automático e irse a hacer un café. Y, como muestra de la tendencia a registrar el copyright, nada mejor que la última moda de los abogados estadounidenses: registrar la propiedad intelectual de los turcos para desgravar en la declaración del IRPF.
Y ahora, ambas características se han unido en una marca inequívocamente americana: Levi's. El mítico fabricante de vaqueros está entre las 10 empresas que más demandas interponen. Según un informe de la empresa especializada en información legal Thomson West, Levi Strauss Company -la matriz de Levi's- es la sexta empresa de EEUU que más denuncias ha opuesto en los últimos cinco años, por delante de compañías como General Motors, Walt Disney o Nike, que la superan varias veces en tamaño.
¿Y a qué se deben las demandas? Esencialmente, a la violación de los derechos de propiedad intelectual sobre los vaqueros Levi's. Y, más concretamente, a los bolsillos de atrás. Todo arranca el 20 de mayo de 1873, el día en el que los sastres de origen alemán y letón Levi Strauss y Jacob Davis, respectivamente, recibieron la patente número 139.121, que registraba su propiedad sobre los pantalones reforzados con clavos de cobre. En 1943 Levi Strauss registró los bolsillos traseros de sus pantalones, con el dibujo de una V marcado con dos costuras, de una V -los detalles de la patente están en la página de la Oficina de Patentes de EEUU: http://tarr.uspto.gov/servlet/tarr?regser=registration&entry=1139254.
Ahora, 133 años después, la patente número 139121 se ha convertido en el campo de batalla entre Levi Strauss y sus competidores, en concreto debido a la V. Un equipo de 40 detectives, según The New York Times, patrulla por todo el mundo, visitando establecimientos de cadenas como Hermenegildo Zegna, Guess o Lucky Brand. El resultado han sido 99 denuncias contra competidores por la supuesta violación de sus derechos de propiedad intelectual en ese bolsillo.
La selección de esas tiendas no parece casual. Levi Strauss está en guerra con los fabricantes de vaqueros de gama alta, que venden sus productos a precios que oscilan entre los 200 y 400 dólares -entre 150 y 300 euros-. Son empresas como Guess, Calvin Klein o Miss Sixty que, hace una década, empezaron a fabricar vaqueros caros y esencialmente orientados al público femenino, justo mientras los Levi's pasaban a venderse en cadenas de descuento como Wal-Mart que, en la primera economía del mundo, representan la quintaesencia de la falta de sofisticación.
Así que Levi Strauss, tras inventar el producto y ser el líder indiscutible durante un siglo, tomó la dirección contraria a la del mercado. Desde entonces, los problemas para la inventora de los tejanos no han hecho más que multiplicarse, hasta el punto de que hace dos años la empresa anunció el cierre de sus dos últimas fábricas en Estados Unidos.
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