Lunes, 5 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6259.
ESPAÑA
 
CRISIS ANTITERRORISTA / La Ertzaintza, tras negociar, aceptó esperar a que concluyese el mitin para detenerlos / Los líderes radicales formaron una pantalla humana para que sus simpatizantes no frustrasen los arrestos
Batasuna escenifica la entrega de los prófugos de Jarrai en uno de sus actos ilegales
La Ertzaintza negoció con los convocantes y aceptó no detenerles hasta que acabara el mitin
ROBERTO L. DE CALLE

BILBAO.- Apoyados por cerca de 400 jóvenes radicales y por la práctica totalidad de los miembros de la Mesa Nacional de la ilegalizada Batasuna, 18 de los 19 condenados por pertenencia a Jarrai, Haika y Segi, consideradas organizaciones terroristas por el Tribunal Supremo, escenificaron ayer su entrega a la Justicia tras haber mantenido un encierro de cerca de dos horas en el Frontón de la Esperanza del Casco Viejo bilbaíno.

Así, exhibieron como detenciones lo que, en definitiva, no fue más que una entrega coral a la Ertzaintza.

La entrega, con un desconocido significado político, se desarrolló en un ambiente tenso, aunque exento de incidentes violentos. El inicio de este episodio tuvo como escenario el Arenal bilbaíno a mediodía, cuando la abogada Jone Goirizelaia trató de interceder ante la Ertzaintza -sin éxito- para que cerca de un centenar de jóvenes se manifestase en contra de la sentencia del Supremo. Los agentes reiteraron las negativas que horas antes había ofrecido el Departamento de Interior del Gobierno vasco ante peticiones similares cursadas los dos últimos días.

Goirizelaia vistió su intercesión como un intento de «evitar incidentes» y de que los manifestantes «sean golpeados», ante la determinación de los agentes de impedir por la fuerza la celebración de la protesta, y aprovechó para denunciar la «situación de excepción» que, a su juicio, vive el País Vasco, y la actitud de la Policía Autonómica, a cuyo mando se encuentra -recordó- Javier Balza y «los dirigentes del PNV».

A partir de ese momento, centenares de jóvenes se dirigieron al Frontón de la Esperanza, un recinto cubierto ubicado en el Casco Viejo bilbaíno, e iniciaron un encierro junto a 18 de los 19 condenados por pertenencia a Jarrai, Haika y Segi, que se encontraban huidos desde el fallo condenatorio del Supremo. La Consejería de Interior del Gobierno vasco precisó que sólo Gorka Betolaza permanece huido.

Nada más iniciarse el encierro, los jóvenes desplegaron una pancarta en la que se podía leer en euskara Dale una oportunidad a la independencia. Juventud vasca adelante, y el antiguo portavoz de Segi Ibon Meñika se dirigió a los medios de comunicación para responsabilizar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de la resolución judicial y para reclamar el apoyo de la sociedad a «la juventud vasca».

Insultos

En torno a las 13.00 horas, un amplio contingente de miembros de la Brigada Móvil de la Ertzaintza se desplegó en la zona, expulsó a los medios de comunicación del interior y acordonó el exterior del recinto.

Los ertzainas pactaron con los dirigentes abertzales la entrega de los 18 condenados y, media hora más tarde, los sacaron del frontón para identificarlos, esposarlos y trasladarlos a dependencias policiales.

En el exterior, más de 100 radicales jalearon a los detenidos a medida que los agentes los introducían en las furgonetas, mientras coreaban consignas en contra del PNV -al que llamaron «español»-; de la Ertzaintza -a cuyos agentes tacharon de «txakurrak» (perros)-, y mientras proferían gritos como «Si ésta es vuestra paz, no la queremos», y «la lucha es el único camino».

El desfile de detenciones se prolongó hasta las 14.20 horas, cuando se vivió uno de los momentos más tensos de la mañana: mientras los agentes de la Policía Autonómica se replegaban hacia un extremo de la calle y dejaban libre el acceso al frontón para que los encerrados fueran abandonándolo, los congregados en el exterior comenzaron a seguirles profiriendo gritos e insultos.

En ese momento, los miembros de la Mesa Nacional de la ilegalizada Batasuna comenzaron a salir para formar una suerte de pantalla humana de lado a lado de la calle que separó a los agentes y a los concentrados. Arnaldo Otegi, Joseba Permach, Juan José Petrikorena, Ibon Arbulu, Mikel Zubimendi, Jone Goirizelaia, Rufi Etxeberria y el resto de representantes de la formación ilegalizada permanecieron así hasta que los encerrados abandonaron el recinto.

En apenas un cuarto de hora, tanto ertzainas como radicales abandonaron la zona sin que se produjera incidente alguno.

La simbólica entrega de los miembros de Jarrai, Haika y Segi coincidió con la tradicional festividad de Santa Agueda, que llevó a uno de los coros a situarse junto a la zona para entonar, entre otros, canciones populares de apoyo a los presos de ETA.

A pesar de que el significado político de la entrega de los dirigentes de Jarrai, Haika y Segi está aún por determinar, fuentes de la lucha antiterrorista apuntaron la posibilidad de que la propia ETA, además, haya rechazado el ingreso en sus filas de estos jóvenes: por falta de infraestructura, por el perfil político de algunos de ellos y, sobre todo, ante la posibilidad de que los 18 detenidos pudieran haber sido seguidos, puesto que, según recuerdan, una de las principales preocupaciones de la banda es su propia seguridad.

En la tarde de ayer, ingresaron en la prisión de Basauri.

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