NANDO GARCIA
BARCELONA.-
Armados con baldosas afiladas y cepillos de dientes con punzones, tres internos de la sexta galería de la cárcel Modelo de Barcelona retuvieron durante casi una hora a tres funcionarios a los que causaron cortes y heridas leves, según explicaron fuentes penitenciarias a EL MUNDO. Uno de los reclusos resultó herido grave y fue trasladado a un centro hospitalario ayer al mediodía.
El intento de amotinamiento se inició sobre las 13.45 horas, cuando los reclusos José Antonio Romero Amador, Manuel Granero Rubio y José Luis Romero Pérez -todos ellos con atencedentes por agresiones en prisión- regresaban del patio en dirección a las duchas de la sexta galería, en la que están recluídos los internos más peligrosos.
Los tres presos se abalanzaron sobre tres trabajadores -dos hombres y una mujer- a los que amenazaron con los objetos punzantes que llevaban escondidos y que les pusieron en el cuello. Ningún trabajador de la prisión va armado.
El centro penitenciario activó las alarmas y los protocolos de seguridad para estos casos. Numerosas patrullas de los Mossos d'Esquadra acudieron a la cárcel, aunque finalmente no entraron en el recinto. Los tres reclusos amotinados reclamaron a los funcionarios que avisaran al director del centro y que les proporcionaran un teléfono móvil.
Durante los tensos minutos que los funcionarios permanecieron retenidos, otro interno, Alejandro Lafuente Arquero, gritaba a sus compañeros para que le dejaran salir y «matar» a los trabajadores, según explicaron fuentes penitenciarias.
Diversos funcionarios consiguieron finalmente reducir a los presos aprovechando un descuido de los internos. Durante los forcejeos resultó herido de gravedad uno de los internos y algunos funcionarios sufrieron cortes de poca consideración.
Una ambulancia trasladó al recluso herido al hospital Clínic de Barcelona, mientras que sus dos compañeros fueron aislados e inmovilizados en celdas de aislamiento de la sexta galería. Los funcionarios heridos -uno tenía cortes detrás de una oreja- fueron atendidos en la cárcel y posteriormente algunos fueron conducidos a un centro hospitalario.
Uno de los presos que protagonizaron estos hechos, Manuel Granero Rubio, participó en el motín que se produjo en la cárcel de Quatre Camins, el 30 de abril de 2004 y en el que fue gravemente herido un subdirector médico. El recluso que pidió a sus compañeros que le dejaran salir de la celda para matar a los trabajadores también participó.
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