ANA CONDA
Cómo me gustaría tener una íntima como Mariví. Mariví Beckham, como amiguita, no tiene precio. Yo, mismamente, jamás saldría con Katy Cruise. Si se le cae un ojo, vamos por Dios... Pero ella, venga a sacarla, venga a pasearla Rodeo Drive pa'rriba y pa'bajo... Yo, no. Para mí, el físico de mis amigas es fundamental para salir con ellas. Por ejemplo, imagínate tomar unas tortitas en Embassy con la madre del hijo de Alejandro Sanz, que es todo cabeza. Como un carabinero.
Te digo más: me viene una íntima, pero íntima, de esas con las que has compartido una base de maquillaje, -véase una relación tipo Britney Spears/Paris Hilton aunque ellas compartan sexo oral y huyan de unas bragas como de Pete Doherty del director del Plan General contra las Drogas- con el mismo traje de Ariadna Gil en los Goya, y ya puede correr por donde no haya cantos. Pero, ¿cómo se puede ir así y esperar que te den un premio y no una colleja?
Yo la había cogido del morro y la había puesto al fresco en el Campo de las Naciones. No me extraña que Pedro Almodóvar no fuera a la ceremonia. Con esos espectáculos estéticos y con la dieta como la tiene, se hubiera dado al bollamen en un decir amén.
Pero yo sigo a lo mío, a la importancia de una amistad como Dios manda basada en lo superficial, que es lo único importante. Lo mismo me da que mi íntima sea la directora del Banco Mundial. Se me plantifica en casa después de haber pasado la mopa con la cera Alex con un tomate en la media y ya me puede jurar y perjurar que se bebe el quitaesmaltes a ver si, por ósmosis, se le soluciona la carrera, que yo la monto. Como Estíbaliz Sanz con ese rictus de cobaya. Esta chiquita tampoco me gusta como amistad porque, por ejemplo, ¿me podría aconsejar a la hora de ponerme dos tetas como dos cantimploras?
Por cierto, en este preciso instante me acabo de dar cuenta en este fluir de consciencia que he tenido que a Gemma Ruiz precisamente le ha aconsejado Estíbaliz porque, ojo: balones de reglamento. Y encima le habrán costado un dineral, si es que no se las ha financiado Yolanda Flores, que no sé cómo a esta chica no le pegan una chufa por pesada y redicha. No la soporto. Imaginaos lo que le habrá costado a Michael Cimino llamarse ahora Elizabeth... y ya no quiero ni pensar si este chiquito estaban tan dotado como dicen que lo está Boyer...
Y hablando de dinero que es superordinario pero me encanta. Qué llantina me pegué cuando me enteré de las penurias de Concha Velasco con 10 euros en el bolsillito como una homeless mientras José Campos y sus 400 kilos se pasean por Tanzania dentro de unos castellanos con borlas. Ya, ni el lunar que se pone en el belfo Concha le luce como antaño... ¡Si es que una no termina robando paquetes de arroz y bolsas de aceitunas como Cristina Blanco porque su carta astral no le ha llamado por ese camino, que si no...!.
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