En su grupo se encontrará con el favorito, Panathinaikos y la cenicienta, el Proklom polaco, rival de los azulgrana en la primera jornada del Top 16 en el Palau. Y en medio de ambos, el Efes Pilsen, campeón turco que ha llevado una irregular primera fase y que se presenta como la principal amenaza para el equipo de Ivanovic. Y lo más importante: ningún grande como posible rival de cuartos, con Dynamo de Moscú, Benetton de Treviso y Unicaja de Málaga como futuros adversarios en los playoffs previos de la Final Four.

Ya no es tanto una cuestión de entidad de los rivales como de desconfianza en las propias posibilidades. El equipo de 22 millones de euros afronta el Top 16 temeroso de su inconsistencia. Nadie desde dentro parece creer en sí mismo cuando la realidad es que tiene plantilla, como mínimo, para plantearse el objetivo real de estar en la final a cuatro de Atenas. «Estamos mejor que hace dos meses» afirmaba ayer Savic que no descartaba realizar algún fichaje en las futuras semanas. «Estamos mirando en el mercado pero no ficharemos por fichar ». Es decir, Savic no tiene intención de repetir el despilfarro de la pasada temporada que incorporó a Sato y Bourousis pagando sendos traspasos para que Ivanovic apenas los utilizara durante la fase final de la temporada.

En Badalona, las sensaciones son muy diferentes. El DKV Joventut afronta su futuro en el Top 16 encuadrado en un grupo potente, pero orgullosos de estar presente entre la élite. No le faltan razones para acudir a la segunda fase de la Euroliga con modestia, teniendo en cuenta que se medirá al CSKA de Moscú y a Olympiacos y que sus futuros cruces, en caso de meterse entre los dos primeros, serían Tau o Maccabi.

Precisamente el Tau es consciente de que se encuentra enmarcado en un grupo adecuado teniendo la máxima dificultad en el cruce.Algo parecido a Unicaja, beneficiado en el sorteo de los rivales de grupo pero sabiendo que en el camino hacia Atenas deberá superar, si la lógica se impone, a Panathinaikos o Barcelona.