LAURA FERNANDEZ
BARCELONA.-
A primera hora de una mañana cualquiera, una secretaria encuentra a su jefe en su despacho con la cara sobre el teclado de su portátil y la espalda cubierta de sangre. Le llama y el tipo no contesta. Se dice: «Marca el 092». Lo hace y la teleoperadora de la Guàrdia Urbana le pregunta qué pasa. La chica le dice que su jefe está... muerto. Y, tras intentar tranquilizarla, la teleoperadora avisa a una patrulla y a una ambulancia. La patrulla se acerca al lugar de los hechos para comprobar si es cierto. Cuando lo hace, arranca la operación C.S.I. o, lo que es lo mismo, la investigación en la escena del crimen (Crime Scene Investigation).
Más de 200 personas asistieron ayer a la sesión C.S.I. que dio el pistoletazo de salida al BCNegra, el encuentro de escritores, editores y lectores de lo policíaco que este año alcanza su tercera edición. Una de las sedes de la Guàrdia Urbana sirvió de escenario al simulacro, que pretendía acabar con los mitos que las series de televisión y las novelas poco documentadas han creado. Actores, agentes, un juez, un forense y una periodista participaron en la falsa escena del crimen, que se inició con el grito de la secretaria.
A su llegada al lugar y, tras comprobar que el señor estaba muerto, la pareja de la Guàrdia Urbana avisa a los Mossos d'Esquadra, que, al descubrir el cadáver, piden «activar» la Policía científica y el grupo de homicidios. Interrogan a la testigo, la asustada secretaria, y acordonan el camino sucio, el camino que, según parece, no ha recorrido el asesino, para que se puedan mover por él las personas que participen en la recogida de pruebas.Y éstas son: la Policía científica y el forense. Éste último llega justo después de que el médico certifique la muerte de la víctima. Y lo hace junto al juez.
El juez toma las riendas del caso hasta el levantamiento del cadáver. Lleva consigo a un secretario, que anota todo lo que el forense y él dicen. El forense y un par de agentes de la Policía científica se enfundan entonces trajes especiales y, mientras los agentes fotografían y graban los objetos que encuentran junto al cuerpo, las gotas de sangre, las posibles huellas y restos de fibras que rastrean con el equipo técnico, el forense toma la temperatura del cadáver y trata de determinar la hora y la causa de la muerte.
Cuando lo hace, el juez ordena el levantamiento del cávader, el equipo médico retira el cuerpo y la oficina de prensa de los Mossos d'Esquadra recibe las primeras llamadas de los periodistas.El trabajo en la escena del crimen (que puede alargarse durante un día entero) ha acabado. Pero la investigación no ha hecho más que empezar, como el trabajo de los periodistas, que deben disponer de buenas fuentes si quieren publicar algo sobre el caso, puesto que a menudo se decreta secreto de sumario. Y eso quiere decir que no se da ningún tipo de información oficial.
|