Martes, 6 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6260.
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EL DEBATE DE LA INSEGURIDAD / Los terapeutas realizan exámenes arbitrarios para dar su visto bueno a los solicitantes / Estos centros están homologados por el Ministerior del Interior pero nadie revisa sus decisiones
Los centros médicos presionan a los psicólogos para que aprueben los 'test' de licencias de armas
NANDO GARCIA

BARCELONA.- La psicosis por la inseguridad que se vive en Cataluña provocada por los asaltos violentos a domicilios ha generado en un debate sobre el uso de armas como medida de autoprotección.Mientras el propio presidente de la Generalitat, José Montilla, repite que «esto no es Estados Unidos», las licencias de armas no dejan de concederse. El colmo de la hipocresia es que los psicólogos que examinan a las personas que solicitan estos permisos reciben continuas presiones de los centros médicos homologados por el Ministerio del Interior para que den el visto bueno a las solicitudes.

Lo de menos es si el demandante está cualificado psicológicamente para poseer un arma de fuego, lo de más es que el centro facture por cada uno de estos permisos otorgados. Y los psicólogos han puesto el grito en el cielo. Eso sí, discretamente, porque ninguno se quiere quedar sin trabajo.

Cualquier ciudadano que desee poseer un arma de fuego debe disponer de la correspondiente autorización expedida por la Guardia Civil.Para ello, se debe superar una serie de pruebas que se encuentran en la Resolución de 19 de octubre de 1998 de la Dirección General del Instituto Armado. Hay exámenes teóricos y prácticos, pero para obtener el permiso es indispensable pasar un test psicofísico que es concedido en centros homologados por el Ministerio del Interior. La mayoría de éstos realizan también exámenes similares para los carnets de conducir.

Estos centros privados contratan psicólogos externos para que lleven a cabo estos exámenes y les pagan por cada uno de los certificados que expenden. Y aquí es donde empiezan las presiones a estos terapeutas para que aprueben estos test.

Esta situación alcanza cotas espeluznantes. Varios profesionales han denunciado a EL MUNDO que en más de una ocasión les ha sucedido que si se niegan a aprobar que un solicitante pueda adquirir el permiso de armas porque no está cualificado psicológicamente no cobran por el servicio realizado que ronda los 45 euros, aunque depende de cada centro. La razón por la que no cobran en caso de suspender el examen es sencilla: si se corre la voz de que en un centro otorgan «no aptos» en los test para los solicitantes del permiso de armas dejarán de acudir demadantes y bajará la facturación.

Y nada mejor para ilustrar esta realidad que hablar con alguno de los centros. Este diario se puso ayer en contacto con Creu Blanca, que tiene un centro en la calle Pelai de Barcelona en el que se tramitan esta clase de permisos. Eulàlia Alomar, la responsable de este centro, aseguró ayer que «es falso» que no se pague a los psicólogos que certifican un «no apto». Sin embargo, explicó que «es muy raro» que se den casos negativos porque el solicitante «tiene que tener un problema grave» para que no se le conceda. En palabras de un psiscólogo, «sólo si dice cree que es Dios o alguna cosa así» les dejan dar un certificado de «no apto».

Los psicólogos que evalúan a los solicitantes de permisos de armas reciben consejos o advertencias desde estos centros. «A veces son sutiles y otras veces son más directos», explicó un terapeuta, que aseguró que cuando un psicólogo certifica más de un «no apto» en poco espacio de tiempo «lo más seguro es que lo despidan». Para ello, estos centros cuentan con otra arma: los contratos de estos profesionales suelen ser muy deficientes, lo que facilita que puedan prescindir de sus servicios sin que el coste sea demasiado alto.

Dos terapeutas coincideron ayer en relatar experiencias similares.Una persona acude ante un psicólogo para pasar el examen, el experto se lo deniega y el solicitante, que ya ha pagado al centro por este test monta en cólera. Acude a denunciar lo sucedido a los responsables del centro homologado por el Ministerio del Interior y allí mismo rectifican y le dan el aprobado. Y sólo falta que le digan «que aquí paz y mañana gloria».

Un psicólogo, que prefirió guardar el anónimato, no lo pudo explicar de forma más clara: «Este examen es un puro trámite». Sin embargo, hay ciertos inconvenientes. Y uno de ellos es de carácter legal: los psicólogos que aprueban estos exámenes son responsables de la licencia otorgada durante los primeros meses, por lo que si esta persona causa algún perjuicio con este arma, el propio terapeuta deberá acudir al juicio por estos hechos.

Por si fuera poco, en cada centro los test son diferentes y algunos son «ridículos» y pueden durar incluso «dos o tres minutos».Nadie regula ni la extensión ni el contenido de estos exámenes.

Y es que cuántos más aptos concedan los centros «mejor fama tienen» y, por tanto, más demanda. Así de simple.

Esta práctica no es ni mucho menos nueva. Diversos psicólogos consultados por este diario y que prefirieron guardar su anónimato para «evitar posibles represalias» aseguraron ayer que en los exámenes psicológicos que se realizan para conceder el permiso de conducir o renovarlo se hacen de la misma forma. Pero aunque un coche pueda convertirse en un arma en manos de según quién, de momento no dispara.


Los certificados se proporcionan en el acto

Los resultados psicológicos «no aptos» son remitidos automáticamente a la Guardia Civil

BARCELONA.- Los piscólogos que examinan a los solicitantes de una licencia de armas les informan en el acto de si les consideran «aptos» o «no aptos» después de someterles en la mayoría de ocasiones a un breve test que puede durar escasos minutos. Esto provoca más de una discusión en las consultas de los terapeutas. Finalmente es el director del centro médico homologado por el Ministerio del Interior el que firma el resultado de la prueba, lo que en más de una ocasión podría levantar suspicacias. La pregunta es en este caso: ¿quién controla estas decisiones?

Al solicitante lo único que le interesa es que le concedan la licencia, el psicólogo no tiene por qué enterarse de la decisión final del centro médico y finalmente éste último lo que busca es ganar dinero si se dejan los deberes morales de lado, claro.

Un portavoz de la Guardia Civil explicó ayer a este diario que cuando un centro médico califica como no apto a un demandante de la licencia de armas -ya sea porque no ha superado las pruebas físicas, las pruebas psiclógicas o las dos- el centro tiene la obligación de comunicar por escrito los datos de esta persona al Instituto Armado. En ocasiones se hace por vía teléfonica y en otras por fax. Sin embargo, esto no implica que no pueda obtener la licencia de armas, ya que este solicitante podrá volver a presentarse al examen «al cabo de una semana, un mes o cinco años», según señaló el citado portavoz.

Fuentes del Instituto Armado aseguraron ayer que en caso de que en un segundo examen se considere «apto» al solicitante, el caso se remite al Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas de la Generalitat que «ejerce como árbrito» entre las dos resoluciones.En julio de 2004, fue publicado en el DOGC que este organismo tenía competencias en la «incidencia de las diferentes patologías en la autorización de los permisos de armas».

Así pues, la Generalitat tiene voz y voto a la hora de otorgar una licencia de armas. En todo caso, estos exámenes son remitidos a la Guardia Civil, que es el organismo que tiene la última palabra para conceder estos permisos de armas.

Fuentes oficiales aseguraron ayer a este diario que el porcentaje de casos en los que los psicólogos suspenden el examen a los demandantes de permisos de armas es «muy bajo». O la mayoría de ciudadanos están preparados para tener un arma o algo está pasando.

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