Así resume su paso por el tripartito un ex conseller de Esquerra Republicana de Catalunya que pasó más de dos años en el Govern de Pasqual Maragall. Lo hace desde las páginas del libro del escritor y periodista Rafael Vallbona Jo he servit el tripartit.Docudrama d'un ex de Maragall (L'esfera dels llibres), que saldrá a la venta el próximo 13 de febrero.

No hace falta ser politólogo ni haber seguido día a día los viajes del primer tripartito en el Dragon Khan para saber que el ex conseller que vierte sus recuerdos en el libro de Vallbona es Joan Carretero, que fue responsable del Departament de Governació.Sin embargo, el protagonista de la historia no tiene nombre ni tiene apellido. No es más que eso: el protagonista, el ex conseller, el narrador... Y es que éste es el libro que Carretero no quiso firmar.

Será quizá porque no quiere echar más leña al fuego político o porque algunos de sus comentarios sobre sus compañeros de Govern y de partido son muy duros, pero Carretero se negó a firmar el libro que había escrito junto a Rafael Vallbona sobre su etapa en el Govern a pesar de que éste ya estaba escrito y a pesar de que tenía un contrato con el editor, Félix Riera.

El ex conseller no dio ninguna explicación sobre su cambio de opinión y el proyecto quedó aparcado. Tiempo después, Vallbona y Riera decidieron recuperar el material de que disponían, recurrir a otras fuentes y a la hemeroteca y darle una vuelta al asunto.Así ha nacido Jo he servit el tripartit, una obra imprescindible para quien quiera conocer la más recientísima historia de Cataluña.

Hoy por hoy, y después de haber publicado dos artículos muy críticos con la actual estrategia de ERC, a quien acusa de perder su perfil político, quizá Carretero no tendría inconveniente en dar la cara y rubricar con su nombre el libro de L'esfera dels llibres, pero ya es demasiado tarde porque las páginas de Jo he servit el tripartit ya han pasado por la imprenta.

A partir del martes que viene, los catalanes podrán saber qué opina Carretero de Josep Lluís Carod-Rovira, de Pasqual Maragall, de Joan Puigcercós, de José Luis Rodríguez Zapatero o de Antoni Castells, quizá el personaje que sale mejor parado tras pasar por el tamiz del ex conseller republicano, hoy reincorporado a su puesto de médico en Puigcerdà, la ciudad de la que fue alcalde durante dos mandatos.

Además, los lectores tendrán ocasión de repasar de primera mano algunos de los episodios políticos más impactantes de la anterior legislatura, desde la expulsión de ERC del Govern, a la crisis del 3%, pasando por la foto de la corona de espinas, la carta financiera de Esquerra o el intento frustrado del presidente Maragall de remodelar su Govern.

Pero son otros dos los momentos que de verdad hicieron mella en Carretero: el no de su partido al Estatut y la imposibilidad de sacar adelante los proyectos para reformar la ley electoral y la división territorial de Cataluña.

El no de Esquerra al Estatut, que provocó la expulsión de la formación independentista del Govern y acabó con el tripartito y con Maragall, estuvo a punto de no producirse. La dirección del partido quería un voto nulo para no disgustar del todo a Maragall y poder permanecer en el Govern. Pero las asambleas de Esquerra optaron por el no y la cúpula del partido tuvo que asumir esa decisión.

«Cree que una parte de la dirección [de ERC] tuvo la tentación de hacer una interpretación interesada de los resultados. En la asamblea de Tarragona el resultado fue de un claro 70% a favor del no contra un 30% por el sí, hubo quien intento maquillarlo de manera grosera. Le aseguraron que el propio Carod había iniciado la asamblea en Barcelona diciendo: 'Os quiero recordar a todos que esto es una asamblea informativa y, por tanto, no se puede decidir nada'».

Para Carretero, el día en que las asambleas de ERC optaron por el no al Estatut fue uno de los mejores de su vida política.Con esa decisión renacieron la esperanzas del ex conseller de que se pusiera de moda otra forma de hacer política. Pero esa esperanza ha tardado muy poco en desvanecerse: «Creía que el no rotundo de la mayoría de las asambleas abría la puerta a un cambio de manera de hacer por parte de la dirección. Ahora ya sabe que eso no es factible y que la dirección del partido, a pesar de actuar a menudo de espalda a la militancia, continúa gozando de su confianza».

Carretero se confiesa como un hombre sencillo que nunca se sintió a gusto en Barcelona ni en los ambientes políticos, que fue demasiado sincero para encajar en un mundillo en el que la diplomacia y los dobles sentidos están a la orden del día. Estas circunstancias impidieron que trabase amistad con Maragall y con su círculo.

Sin embargo, a Carretero no lo echaron del Govern -cuando Maragall pudo por fin completar la primera crisis- por nada de eso, sino porque había proyectado una reforma de la ley electoral que era inasumible para el PSC. «... Hasta que un día, [Miquel] Iceta le dice que si no se ponen de acuerdo con la ley electoral tampoco habrá ley territorial. Y el conseller de entonces considera que aquí se acaba la fiesta».

JOSÉ LUIS RODRIGUEZ / Presidente español

«Es un demagogo. Eso es lo que pienso»

Jo he servit el tripartit reproduce parte de las notas personales que Joan Carretero tomó en su libreta Moleskine «con estilográfica negra y con una letra menuda y muy difícil de leer». En ellas se refiere al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, después de que éste pactase el Estatut con el líder de CiU, Artur Mas: «La estrategia de Rodríguez Zapatero respecto a Cataluña es, por un lado, vender la idea de que está cerrando definitivamente y para siempre el encaje territorial de España y, por otra, convertir el proyecto de Estatut en una ley de pa sucat amb oli». «Fue por todo eso por lo que declaré en un diario que José Luis Rodríguez es el responsable máximo del Estatut que tendremos y que es un demagogo. Es exactamente lo que pienso».

PASQUAL MARAGALL / Ex presidente catalán

«Algunos días te saluda, otros, no»

Joan Carretero no llegó nunca a hacer amistad con Pasqual Maragall, aunque el primero era conseller del Govern del segundo. El ex conseller piensa que el ex president es «un hombre grandilocuente a ratos y que es muy cálido, o parece muy cálido, cuando va de candidato o de ciudadano sin cargo, y que es menos cálido y próximo cuando tiene cargo». «En general es un hombre psicotímido, hay días en que hace grandes saludos y días en que, como aquel que dice, apenas dice buenos días. Es muy poco constante, o sea que, una vez conoces al personaje, ya no le haces caso», recuerda Carretero, quien llegó a la conclusión de que «el presidente necesita rodearse a todas horas de un grupillo de amigos».

J. L. CAROD-ROVIRA / Presidente de ERC

«La gente corriente no le va, le da alergia»

«Dice que uno de los problemas principales de la dirección de ERC es su desconexión real con la militancia; que Carod es una persona a quien le da pereza hablar con los mortales; que habla con mucha gente, pero sólo con gente importante. La gente corriente no le va, le da alergia, asegura. Es un individuo muy culto, ha leído no sé cuántos miles de libros, pero vive al margen de la realidad». Está claro que Carretero no tiene muy buena opinión de Carod, pero aún es más duro cuando rememora la reunión del entonces conseller en cap con ETA: «... la entrevista con ETA es un error de dimensiones estratosféricas, un miembro del Govern no puede ir a hablar con un grupo de encapuchados. Técnicamente está desaparecido y secuestrado...».

JOAN PUIGCERCOS / Conseller de Governació

«Esto no pasará de ninguna manera...»

Carretero mantuvo, quizá aún mantiene, una buena relación con el secretario general de su partido, Joan Puigcercós, que fue quien le invitó a ser conseller de Governació, un puesto que, cosas de la vida, hoy ocupa el propio Puigcercós. Sin embargo, Carretero no duda en relatar algunos episodios de los que el secretario general de su partido no sale muy bien parado, como cuando le llamó para decirle «Esto no pasará de ninguna manera...» en relación a la expulsión del Govern de Carretero. Una expulsión que se produjo al día siguiente. Respecto a otro dirigente de ERC, Josep Bargalló, que fue conseller en cap, Carretero dice que «se pliega demasiado a los deseos de los socialistas. Es una persona que prefiere la no confrontación...».