SILVIA TAULÉS
BARCELONA.-
Los okupas no creen en la propiedad, ni siquiera en la intelectual. Esta premisa es uno de los principales motivos que ha llevado al colectivo okupa que vive desde hace años en un edificio entero en la Barceloneta a crear la Universitat Pirata, espacio de intercambio intelectual libre y alternativo asociado a una red con sedes en Los Angeles, Londres, Berlín, Santiago de Chile, Copenhagen y Toronto.
En uno de los barrios de Barcelona donde la especulación es más salvaje, de cara al mar y rodeados de turistas y de restaurantes de paella barata, estos okupas intentan mejorar su conocimiento, compartir sus experiencias y crear debates sobre las reivindicaciones que les sacan a la calle a protestar.
Cada día imparten talleres que versan desde temario científico hasta artístico y que dirigen desde profesores de universidades oficiales hasta creadores independientes. La idea nació porque muchos activistas de los movimientos sociales consideraban que les faltaba analizar de forma ponderada las reivindicaciones que se llevan a cabo en Barcelona. Lo cuenta Vicente, uno de los encargados de la organización de la universidad. «A veces estar en primera línea del activismo no te permite analizar con pausa lo que estás haciendo, así que decidimos dar un paso atrás para dar luego dos hacia delante».
Defienden «la libertad del conocimiento, la libre circulación de la información» por lo que han decidido dotarse de «herramientas prácticas para saber más sobre la realidad cotidiana». La Unversitat Pirata (UP), totalmente gratuita, no responde a los cánones de un centro universitario convencional, así que no sorprende que su temario esté también fuera de los límites de lo ordinario.Uno de los talleres que más llama la atención y que más éxito ha tenido es el de perder el tiempo. La asignatura, titulada Unproductiv-Taller de Nada, pretende ofrecer al alumno «técnicas y encuentros para intentar lograr entre todos lo imposible: hacer nada». Bricolaje sexual y feminismos es otra de las asignaturas en las que proponen «encuentros teórico-prácticos donde se construyen juguetes sexuales y se deconstruyen identidades». El temario, que llena de talleres todos los días de la semana, también tiene en cuenta la salud en la materia El botiquín, donde la medicina natural, la salud y el equilibrio corporal-mental sirve de «armario-archivo» para un grupo de investigación.
Inaugurada el 15 del pasado mes de noviembre, en estos momentos la UP cuenta con casi un centenar de alumnos en los diversos cursos, cifra a la que hay que sumar la gente flotante que acude de forma puntual por alguna cuestión en especial. Así ocurrió el pasado viernes, cuando en la maratón de televisiones pirata se llenó la cafetería de la universidad con más de 200 personas.Para la ocasión llegó gente de Estados Unidos, Chile y Uruguay para presentar sus proyectos televisivos que se emiten por canales alternativos. «Lo que hicimos se podía haber hecho en el Macba, pero lo bueno que tiene la universidad es el contexto, si la filosofía de lo que muestras se corresponde con la del lugar en la que se exhibe, es todo mucho más coherente».
Como en todas las universidades, la cafetería se convierte en punto de reunión social. Y cada viernes por la noche, en la cafetería de la Universitat Pirata se organizan actos centrados en un tema concreto. «El resultado es muy bueno y nos da empuje para seguir», comenta Vicente con satisfacción. Y es que ya han recibido visitas de otras ciduades europeas que pretenden seguir el ejemplo pirata de Barcelona. Aunque no sea cerca del mar.
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