Los hechos ocurrieron a la 7.25 horas cuando una fuerte explosión en el restaurante situado en el número 1 de la calle Manuel de Pedrolo despertó al barrio de Cappont. La deflagración obligó a desalojar a los vecinos del bloque y la onda expansiva provocó numerosos daños materiales en locales y establecimientos de la zona, muchos de los cuáles tenían los cristales de los aparadores completamente destrozados.

El vecino del primer piso del inmueble, Jordi Miró explicó que le había despertado una gran explosión, «en ese momento no pensé en nada desperté a mi mujer, cogí al niño y nos fuimos a la calle.Una vez allí, vi mucho humo y un gran incendio en la puerta del restaurante. En ese momento decidí ir a dejar a mi pequeño en casa de mis padres que viven a pocas calles de casa».

Mientras los agentes de la policía acordonaban la zona y los bomberos trabajaban en la extinción del incendio, uno de los primeros vecinos en acudir a la zona fue el celador del Hospital Santa Maria, Joan Saltó, «vivo aquí al lado en la calle Río Besòs y tras oír la explosión salí a la calle en ese momento vi a mi compañero de trabajo Tomás Gómez en el suelo, lo intente reanimar hasta que llegaron las ambulancias de urgencias del SEMUR y se lo llevaron», añadió.

Gómez, vivía en el segundo primera del edificio siniestrado y trabajaba como recepcionista en el Hospital de Santa María en el turno de noche, ayer llegó a su domicilio pocos minutos después de la explosión y los agentes de policía que acordonaban la zona no le permitieron pasar por la entrada principal y, mientras daba la vuelta corriendo para entrar por la calle posterior, cayó al suelo afectado por un ataque al corazón que le provocó la muerte poco después de ser internado en un centro hospitalario.Según explicó su compañero de trabajo hacía años que tenía problemas cardiacos.

Los vecinos de la zona explicaron que el joven falleció, Roger Bonastre, residía en el mismo restaurante que regentaba, y ocupaba el altillo del establecimiento. En la actualidad, este local estaba cerrado al público ya que estaban efectuando unas obras de reformas las cuales habían generado varios problemas y denuncias del vecindario. De hecho, algunos vecinos apuntaron que el origen de la deflagración podría tener el origen en una remodelación incorrecta.

La explosión se escuchó en casi todo el barrio de Cappont. Claudio Troise, un vecino que vive a más de 500 metros del lugar del siniestro, relató que mientras desayunaba escucho una explosión tan fuerte que hizo vibrar las puertas y ventanas de su piso, al salir a la calle incluso pensó que podía tratarse de un atentado o una explosión de gas.

Joaquín Acevedo, vecino del segundo segunda del inmueble afectado, explicó que después de oír la gran detonación llamó a su esposa y a su hija y abandonaron rápidamente el piso apreciando en la escalera cierto olor a gas. Luego regresó al edificio y fue llamando puerta por puerta a sus vecinos para advertirles.

Al lugar de la tragedia acudieron nueve dotaciones de los bomberos y numerosos efectivos de los Mossos de Esquadra y la Guardia Urbana, que acordonaron la zona y atendieron a los desalojados.