Las centrales sindicales CCOO y UGT firman hoy con la patronal CEOE el Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (ANC) para 2007, en el que se sigue apostando por la moderación salarial. El líder de UGT lo valora y se posiciona respecto a la situación política y económica.
Pregunta.- La firma del ANC trasmite un clima de paz social e incentiva la actividad económica, ¿pero es igual de operativo en la práctica, cuando se negocian los convenios en las empresas?
Respuesta.- El ANC es muy útil, aunque no marca una línea uniforme para todos los convenios, porque respeta el margen de flexibilidad y adecuación que exige la realidad de cada sector y de cada empresa. Es un nuevo modelo de diálogo social.
P.- ¿Cuál es la principal novedad del acuerdo de 2007?
R.- Se han incorporado los cambios de materia de contratación indefinida pactados en la reforma laboral. Este es un objetivo fundamental y se ha traducido en un compromiso expreso de sindicatos y patronal.
P.- Parece que las centrales sindicales no han sido muy exigentes respecto a la aplicación de la Ley de Igualdad.
R.- Hemos tenido que buscar una fórmula en la cual se sintiera cómoda la patronal y, por lo tanto, lo que se hará será que una vez la ley esté en vigor la comisión de seguimiento decidirá sobre su aplicación en los convenios colectivos. En cualquier caso, hay compromisos, como la lucha contra la discriminación salarial por motivos de sexo, que ya se firmaron en el ANC de 2006.
P.- En una situación de grandes beneficios empresariales los sindicatos siguen apostando por la moderación salarial. ¿Qué les dice a los mileuristas y a los que cobran menos de mil euros?
R.- Este año la patronal reconoce en el acuerdo la necesidad de mejorar el poder adquisitivo de los salarios porque, efectivamente, en el reparto de la renta nacional ha aumentado la participación de las rentas del capital. Además, el acuerdo no impide que en horizontes plurianuales se plateen objetivos de salarios mínimos garantizados para cualquier sector. De hecho, distintas federaciones de UGT van a plantear en este horizonte plurianual alcanzar los mil euros, porque en este país sigue habiendo un porcentaje significativo de trabajadores que perciben salarios inferiores al mil euros, tanto en el sector privado como en las administraciones públicas.
P.- Este sosiego social contrasta con la crispación política.
R.- La realidad que transmitimos los sindicatos y la patronal se parece mucho a la realidad española que transmiten los partidos políticos. No creo que esto vaya a cambiar hasta las próximas elecciones, a no ser que sea a peor.
P.- ¿Es tan buena la situación económica como dice el presidente del Gobierno?
R.- La coyuntura económica general es buena. En 2006 hemos batido marcas en cuanto a la creación de empleo. Pero lo cierto es que no es oro todo lo que reluce. Y eso lo sabe también el Gobierno. El déficit comercial, la temporalidad laboral, un modelo de crecimiento centrado en el consumo de las familias y la construcción que podría verse afectado por el incremento de los tipos de interés.
P.- UGT ha pedido la creación de una mesa de política industrial.
R.- Ya ha habido un periodo de aclimatación más que suficiente del actual ministro de Industria, Joan Clos, y esa mesa comprometida hay que ponerla en marcha.
P.- ¿Qué opina del conflicto que tiene abierto el Gobierno respecto a los derechos laborales de los guardias civiles?
R.- El Gobierno tiene que aplicar los dos compromisos de su programa electoral: el cambio del régimen disciplinario y el reconocimiento de los derechos y deberes y derecho de asociación en la Guardia Civil. Tiene tiempo para hacerlo.
P.- ¿Cómo valora la figura de José María Cuevas?
R.- Ha hecho una aportación de gran envergadura al diálogo social y ha defendido la autonomía en el ámbito sociolaboral de sindicatos y patronal. Confío en que el nuevo presidente mantenga su espíritu, su talante y el su compromiso.