XABIER GARMENDIA
BILBAO.-
La explosión que destrozó la estación de tren de Luchana, en la localidad vizcaína de Baracaldo, la madrugada de ayer, se debió a la colocación de un artefacto de fabricación casera similar a los empleados en las acciones de kale borroka, según informó el Departamento de Interior, que descartó que la autoría del atentado correspondiera a la organización terrorista ETA.
El fuego y la falta de visión impidieron a los artificieros de la Ertzaintza inspeccionar el lugar del siniestro durante la noche, por lo que fue por la mañana cuando pudieron investigar en busca de restos de materiales explosivos que, finalmente, no aparecieron.
La Policía vasca atribuyó el atentado a un episodio de violencia callejera, ya que se encontraron restos de una garrafa que, supuestamente, había contenido líquido inflamable y a la que los autores del ataque habrían prendido fuego tras colocarla en el interior del edificio.
La explosión se produjo sobre las 00.30 horas de ayer, causando importantes daños materiales en el edificio de la estación, y la alarma entre la población de la zona. Los bomberos estuvieron trabajando en el lugar de los hechos para sofocar las llamas aproximadamente hasta las 4.00 horas.
Según informó Renfe, «casi todo el mobiliario está prácticamente destruido», el tejado se vino abajo, quedaron destrozadas las máquinas expendedoras de billetes, las canceladoras, las taquillas, las puertas y varias ventanas de la estación, cuyos restos saltaron a la vía pública. El servicio ferroviario de las dos líneas de cercanías que circulan por Luchana hacia Santurce y Musquiz sufrió retrasos de hasta 20 minutos durante buena parte de la jornada de ayer, hasta primera hora de la noche. Ambas líneas son utilizadas en hora punta por unas 2.000 personas y trasladan a unos 40.000 usuarios cada día.
El de ayer es el tercer ataque que se registra contra la estación baracaldesa de Luchana. El anterior tuvo lugar el 12 de octubre del año pasado, en pleno alto el fuego de ETA, cuando un artefacto estalló en la puerta de la instalación.
La deflagración tampoco causó heridos en aquella ocasión, pero sí afectó a la entrada de la estación, que sufrió cuantiosos daños en la puerta y en los cristales.
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