El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer que en Alcorcón hay «de todo, menos racismo, xenofobia o problemas de integración». El ministro explicó que había acudido a Alcorcón a expresar su apoyo al alcalde, Enrique Cascallana, en una ciudad que ha visto cambiar, que ha peleado por mejorar y se ha convertido de ciudad dormitorio sin personalidad ni futuro a una realidad con los mejores medios y servicios. En ningún momento negó que hubiera bandas, tal como lo han hecho el Ayuntamiento y la delegada del Gobierno, Soledad Mestre.
Reconoció que le habían dolido las imágenes que se hayan podido proyectar en las últimas semanas, pues es una imagen injusta, ya que se trata de una ciudad con una de las tasas de paro más bajas de Europa y un ejemplo de convivencia. «He querido hoy unir mi voz a la del Ayuntamiento y las cientos de asociaciones, sindicatos y entidades que han expresado la verdadera cara de la ciudad de Alcorcón que es integrada e integradora», añadió.
El alcalde Enrique Cascallana dijo que la inauguración indica que en la ciudad «se está trabajando bien», algo que molestará «a los que han querido incendiar con sus declaraciones» los sucesos que se vivieron en el municipio. Añadió que los pirómanos y agoreros no obtuvieron los resultados que esperaban. «La nueva de delegación -añadió- permitirá ahorrar mucho tiempo a los ciudadanos».
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