Racial, valentón, desbordante: puro Antonio Canales en su regreso al Broadway de la Gran Vía. Hacía dos temporadas que el coreógrafo natural de Triana no se arrimaba a la capital con un espectáculo. De ahí las ganas. Y el verbo suelto: «No ha sido un tiempo sabático, sino de reflexión y de tranquilidad, de volver con la familia y a Andalucía. Yo tengo un imperdible de Andalucía hincao en mi corazón. He cogido fuerzas, que allí se come muy bien, y he venido hecho un toro».
Con ese pellizco extra de emoción y, efectivamente, pletórico de confianza se le vio al Premio Nacional de Danza en 1995 en la presentación de su nueva creación: el musical flamenco Los grandes. Pero es que Canales ayer hablaba por dos, tal era su condición de padre de la criatura (la dirección artística corre a su cargo; la idea y el guión llevan la firma de Lucho Ferruzzo, colaborador habitual en sus producciones) y casi de cicerone-mentor de la nutridísima camada que le escolta con voz propia sobre el escenario, artistas a los que ya considera «jóvenes veteranos».
Nombres para ir apuntando: Nani Paños (pone cuerpo a una pieza titulada 5x4), Pastora Galván (ejecuta una alegría), Amador (farruca) y Mayte Bajo (rondeña), junto al propio Canales (seguiriya-tangos), componen el cuerpo de baile. Cuentan con el respaldo de 14 músicos, entre los que figura un cuarteto de cuerda, además de percusión latina y flamenca, y dos voces masculinas y otras dos femeninas. Unos y otros (los primeros coincidieron en calificar al sevillano como «maestro» y «referente») se encargarán de proponer desde hoy hasta el 11 de febrero, en el Teatro Gran Vía Musical, «algo que se sale de lo normal en el flamenco, como puede ser un checo y un estadounidense acompañando a un gitano».
Aviso para malpensantes: conviene aclarar que el título del trabajo, ese llamativo Los grandes, no es maximalista. No hace alusión al talento y/o la capacidad de convocatoria de los que aquí se suben a las tablas, sino que más bien se trata de una declaración de intenciones. Y es que la idea original del montaje es «hacer algo grande por el flamenco, honesto, sin artilugios, porque el flamenco no necesita artilugios para ser grande», quiso subrayar Canales. Y luego se desmarcó de posibles unciones o epítetos reservados a los elegidos. «Cualquiera puede ser grande trabajando honestamente».
El autor de las piezas Torero y Gitano, también protagonista de las películas Vengo y Duende, explicó a los medios que en Los grandes no hay más hilo conductor que la música («Lucho ha creado una banda sonora maravillosa»), si bien dicho envoltorio sonoro se ha confeccionado «pensando en la forma de bailar del bailarín, buscando lo mejor de cada uno». De ahí que concluyera afirmando que en el espectáculo «se va a ver bailar flamenco desde todos los ángulos».
Los grandes arriba a la capital para su estreno, enmarcado en el programa del festival Andalucía Flamenca. Eso no significa que no haya pasado por el pertinente proceso de rodaje. Hasta cinco representaciones en lo que Canales llamó «centros estratégicos» ha llevado a cabo antes de su puesta de largo. «Es como un niño que nace y hay que ponerlo bonito, echarle colonia...», quiso apuntar con gracia.
Bastante más chicha tuvieron sus comentarios cuando llegó el momento de pasar revista -«con el poso de sobriedad que han dejado en mi corazón»- a sus dos décadas y media de carrera. «Ahora hay de todo: flamenco descafeinado y petardo, pero también maravilloso».
Consciente del peso de la tradición y sabedor, también, de amenaza que supone la presencia de referencias procedentes de otros ámbitos de creación, eterno debate en el circuito, Canales aprovechó para la reivindicación. «El flamenco de los 40-50 se sigue viendo al trasluz en lo que hacemos los que ahora nos subimos al escenario». Y apostilló, por último: «Es algo vivo. Es como un fruto, se puede quedar seco por un lado pero no entero. Esto crece en una piedra».
José Manuel Espejo, delegado de la Junta de Andalucía en Madrid, resaltó que en la comunidad están «muy orgullosos» de su hijo predilecto. «En cada taconazo, en cada paso de baile, está el corazón de los andaluces con él...».
Los grandes
. Hasta el de febrero en el Teatro Gran Vía (Gran Vía, 66).