JAIME LOPEZ. Especial para EL MUNDO
CARACAS.-
Con un Hugo Chávez cada vez más empecinado en emular a su amigo Fidel Castro, las Fuerzas Armadas (ahora con el apelativo de bolivarianas) desfilaron ayer por el Paseo Los Próceres de Caracas para conmemorar el Día de la Dignidad. ¿Y qué se celebró el pasado 4 de febrero en Venezuela? El 15º aniversario de la intentona golpista liderada por Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez siete años antes de acceder al poder.
Si Cuba festeja el desembarco de Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos a bordo del Granma el 2 de diciembre de 1956 o el triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959, Chávez se ha propuesto lo mismo con el motín que protagonizó en 1992 y costó la vida de 14 civiles. Sin embargo, comparar ambos hechos históricos es, para muchos, un insulto a la inteligencia.
«El movimiento que lideró Castro era contra un dictador, Fulgencio Batista, mientras que Chávez encabezó un golpe militar contra un gobierno elegido democráticamente», explica Luís Oswaldo, un caraqueño que paseaba ayer por la Plaza de Altamira, una zona eminentemente opositora. «Llamar Día de la Dignidad a una asonada militar (o cívico-militar como dice el ex teniente coronel) es una locura egocéntrica más del presidente», puntualiza.
Desfilaron 9.800 efectivos de las Fuerzas Armadas comandados por algunos generales (hace 15 años eran capitanes) que participaron, junto al líder bolivariano, en el asalto al Palacio de Miraflores. Con el lema de «Patria, socialismo o muerte... ¡Venceremos!», los batallones de paracaidistas, cazadores y blindados protagonistas del golpe de 1992 y los comandos rurales de la Guardia Nacional (unidades armadas con fusiles Kalashnikovs para la «guerra asimétrica») pasearon ante la tribuna presidencial entre vítores y aplausos de las decenas de miles de personas congregadas cerca de la céntrica avenida caraqueña.
Revolución pacífica
Después de esta exhibición de fuerza (sólo en 2006, Venezuela desembolso 4.600 millones de dólares en adquisiciones castrenses), un Chávez engalanado con el uniforme verde oliva del Ejército, una boina roja y la banda presidencial recordó el alegato de Fidel Castro en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada en 1953: «La Historia nos absolverá», parafraseó el líder bolivariano. «El pueblo nos absolverá», puntualizó después.
Chávez avisó a todos los detractores antichavistas de su poder militar. «La revolución bolivariana es una revolución pacífica, pero no es un revolución desarmada. Esas armas están en las manos de ustedes, soldados patriotas, para hacer realidad el sueño del pueblo y el mandato del pueblo, que es el camino al socialismo del siglo XXI».
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