Llevaban casi diez años pidiendo la vuelta de uno de lo teatros más famosos del Paral·lel y ahora que su deseo se convierte en realidad, lamentan que se haya contado poco con ellos. La plataforma Fem girar El Molino, entidad que engloba a vecinos y artistas relacionados con el local, pidieron ayer que su reforma implique la recuperación del espíritu del cabaré.
Con cierta nostalgia observaba, ayer por la tarde el presidente de la plataforma, Jordi Romeu, las puertas abiertas del edificio.El Ayuntamiento de Barcelona y su alcalde, Jordi Hereu, habían organizado la presentación oficial del proyecto de remodelación del que será el nuevo Molino y este vecino de Poble Sec no daba abasto para saludar a todos los que allí se habían congregado.
Y es que pese a los lamentos, los habitantes de la zona mostraron su «ilusión» ante el cambio de rumbo en la vida de la sala. Aunque les hubiera hecho «más ilusión que fuera un espacio abierta al barrio y no una empresa privada». Las palabras de Romeu fueron pronunciadas ante un alcalde que llegó con retraso y se fue con cierta prisa, se mostró encantado con todos y todo, y dijo que sí, que el nuevo Molino tiene que «respetar la vinculación con el barrio».
Sin embargo, los vecinos advirtieron al alcalde de que no quieren que «la especulación» se cebe con el teatro y «termine siendo un local dirigido al turismo, que pierda la sensibilidad hacia el barrio».
Casi derruido en su interior, el local sólo mantiene reconocible la fachada y parte del escenario. La basura se amontona en los rincones, parece que las vigas de madera se vayan a desprender del techo en cualquier momento y hasta hay cajas de botellas de tónica Finley en la entrada. Un abandono que ha terminado y que la empresa Ocio Puro, la encargada del proyecto, espera poder solventar a partir de marzo.
Con todo, quienes tanto han alzado la voz por que el teatro volviera a abrir sus puertas, ayer mostraban cierto resquemor con la administración local. «Pedimos que se mantenga la esencia de El Molino», señalaba Romeu, quien recordaba «que hay muchos vecinos mayores a los que les gustaría revivir la época de gloria del teatro». Por este motivo, esperan que «se hagan jornadas especiales, abiertas al público vecino a precios especiales». Porque, según contó el presidente de Fem girar El Molino, el teatro había sido en numerosas ocasiones para «celebrar fiestas mayores, asambleas de vecinos, se usó incluso de casal».
Para apoyar sus reclamaciones, Romeu se refirió al reciente anuncio del Ayuntamiento sobre su decisión de expropiar el vecino teatro Arnau. «Es una lástima que no hayan hecho lo mismo con El Molino», indicó, «todo hubiera sido más fantástico».