J.H.
LLEIDA.-
Aunque se desconoce la causa de la explosión de gas que causó la muerte de dos personas en Lleida el pasado lunes, algunos vecinos sospechan que las obras de reforma que estaba realizando el propietario del restaurante de forma ilegal podrían tener relación con el siniestro por una presunta manipulación incorrecta de las instalaciones.
Además, la investigación se encuentra con la dificultad añadida de los grandes destrozos que provocó la deflagración y el fuego que calcinó el interior del restaurante y que hace más complejo el trabajo de los peritos y la localización exacta de la fuga u origen.
El presidente de la asociación de vecinos de Cappont, Francesc Castells, explicó ayer haber denunciado al Ayuntamiento de Lleida en reiteradas ocasiones las obras y ruidos en este local. El establecimiento estaba cerrado por reformas y el dueño tenía previsto reabrir en breve. La última denuncia por ruidos del local que consta en los atestados de la Guardia Urbana es del pasado domingo, un día antes de la explosión.
Mientras, la mitad de los vecinos desalojados regresó a casa ayer a ultima hora de la tarde. Del total de 56 desalojados, ayer pudieron regresar a su casa 28 personas, vecinos del número 3 que resultó afectado por la deflagración y el posterior incendio.Los otros vecinos evacuados siguen alojados en casas de familiares y en hoteles, y según fuentes municipales, regresarán a sus domicilios entre mañana y el viernes, una vez se hayan restablecido todos los servicios de suministro, se hayan cambiado los cristales y efectuado las reparaciones y obras más urgentes.
Algunos de los propietarios que volvieron ayer a casa descubrieron pequeños desperfectos y grietas que el día de la explosión no habían detectado al salir precipitadamente del inmueble. Los servicios técnicos del Ayuntamiento descartaron daños en la estructura del edificio construido a finales de la década de los 90.
El trágico siniestro no dañó la instalación principal de la acometida del gas natural del bloque. Y antes del regreso parcial de los vecinos a sus pisos, la compañía Gas Natural comprobó la seguridad de las instalaciones y su correcto funcionamiento. De hecho, el propietario del restaurante pasó la última revisión del gas en mayo del 2005 sin que se detectase ninguna anomalía.
El consistorio también se ha puesto a disposición de todos los afectados por esta tragedia y, además de ordenar un servicio especial de limpieza de la zona, ha entablado conversaciones con una entidad bancaria para garantizar un trato preferencial para los afectados en el pago de las hipotecas.
El alcalde de Lleida, Angel Ros, trató de tranquilizar a los ciudadanos y aseguró que se trata de un accidente puntual. El socialista añadió que la compañía del gas realiza las inspecciones periódicas pertinentes para garantizar la seguridad de este tipo de instalaciones.
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