Así, en ese estado de tristeza, va a jugar hoy España (21.00 h., TVE1) un amistoso contra Inglaterra, pensando en que una derrota equivale a llenar la mochila de piedras y complica el viaje hasta el siguiente partido, este de verdad, contra Dinamarca (24 de marzo). España salió mal de Alemania y no entró mejor en la fase de clasificación de la Eurocopa. Malos resultados en Suecia y, sobre todo, en Irlanda, le han pintado un panorama complicado, de esos en los que acostumbra a salir la garra y a esconderse el fútbol.

De acuerdo que Luis reconoce que lo de hoy es un ensayo general, pero también que se trata de mucho más. Es Inglaterra. Y por eso en la lista están Puyol y Sergio Ramos, que, por sanción, no podrán jugar contra Dinamarca, en marzo, en el Bernabéu. Miedo previo a un Rooney que finalmente no jugará por decisión del seleccionador inglés, Steve McClaren, y a Crouch, ese tipo alto y desgarbado que en el Liverpool funciona a las mil maravillas. España no viene con cualquier cosa. «Si les doy papel y bolígrafo, ustedes no harían algo [una selección] muy diferente», dijo Luis. Es decir, hay lo que hay y con esto se debe salir adelante o esperar mejores tiempos. Quizá con otros en el campo. Y en el banquillo.

Seleccionador.

Es difícil obtener más declaraciones de los jugadores y del entrenador que los básicos «hay que ganar» o «tenemos ilusión» o «no es un partido cualquiera». Pero algo hay. Salieron a la sala de prensa Xabi Alonso, Cesc Fábregas e Iker Casillas. Los dos primeros departieron en inglés a las preguntas de los periodistas británicos. Sobre la mesa, en realidad, poco más que dos temas: el futuro del seleccionador y el racismo. En este país se recuerdan muy mucho dos episodios desagradables protagonizados por Luis Aragonés. Uno, con Reyes, hoy en el Real Madrid y entonces en el Arsenal, donde el sevillano compartía equipo con el francés Thierry Henry. «Usted es mejor que ese negro», le dijo el seleccionador a Reyes. Páginas y páginas de polémica.

Llegó después el España-Inglaterra del 17 de noviembre de 2004. Desde las gradas del Bernabéu se lanzaron gritos contra los jugadores ingleses Wright-Phillips, Defoe, Jenas y Cole. Todos negros. Inglaterra no olvida. ¿Perdona? Las preguntas planteadas a Luis por los medios británicos fueron, en un 95%, en esa línea. El seleccionador prefirió no hablar. «Cuando ocurrió pedí disculpas, si había por qué pedirlas», dijo.

Precisamente, un juzgado madrileño le dio la razón ayer al seleccionador respecto a su demanda contra la resolución del Comité de Disciplina Deportiva (CEDD), que calificó aquellas expresiones contra Henry de «falta grave por conducta racista». El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de la capital declaró «ilegal y contraria a Derecho» la decisión del CEDD, que modificaba la primera postura de los comités disciplinarios de la Federación Española de Fútbol, que dejaron el gesto de su entrenador en una simple «falta al buen orden deportivo».

Old Trafford es un escenario exquisito para jugar al fútbol, para pensar en mover la pelota y olvidarse de esas cuitas de antaño. Pero la grada estará caliente. «No espero un ambiente hostil», respondió Luis a una de las múltiples cuestiones vinculadas al racismo. Las capeó. O no. Hoy se verá qué sucede, qué se recuerda y qué no recuerda el hincha inglés. La Federación inglesa, por si acaso, aderezará los previos con un acto contra el racismo.