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Siempre hay peligro para aquellos que lo temen (George Bernard Shaw) |
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Oro de Paerson en el arranque del Mundial de esquí en Are |
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CHUAN ORUS
Los Campeonatos del Mundo de esquí alpino por fin echaron a andar ayer en Are. Han sido tres días de temporal. Aire del sur y del oeste, fuertes, templados y húmedos, que hacían peligrar la cita. Parece que las cosas vuelven a su sitio, y que el anticiclón llega con vientos árticos y temperaturas muy por debajo de cero, como hace falta. La nieve en Are ha caído con gran contenido en agua y, así, el esquí se hace difícil y el esquí de velocidad, imposible. Sólo compactándola a marchas forzadas se pudieron ayer celebrar los supergigantes (SG) masculino y el femenino, aplazados del fin de semana.
No se puede decir que Carolina Ruiz-Castillo, la baza española tras la ausencia por lesión de María José Rienda, viera alterada sus aspiraciones por cosa del tiempo. Al final, quedó la 25, a tres segundos de la líder, la sueca Anja Paerson. El puesto no sorprende, aunque en esta temporada había ido de menos a más hasta quedar la 14 en el último SG de la Copa del Mundo, celebrado en San Sicario (Italia). Carolina ha estado por debajo de sus resultados en S. Moritz'03 y Bormio'05, y ha vuelto a dejar pasar otra oportunidad de demostrar su valía. Hay que recordar que, antes de Rienda, pisó cajón en una prueba de la Copa del Mundo (Sestriere, 2000). Desde entonces ha apuntado, pero no dado, entre cambios de entrenador y otros vaivenes. Ni las lesiones deben ser una excusa, ni lo complicado del circuito blanco una explicación. Es triste que un talento natural no se refleje.
En su prueba, la sueca Anja Paerson renovó título, el quinto con 26 años. Después de un inicio de temporada de regular a mal, ayer sacó casta y 32 centésimas a la estadounidense Lindsay Kildow y 53 a la veterana austriaca Renate Goetschl.
Fue la prueba masculina la que registró la sorpresa. El italiano Patrick Staudacher, un muchachote de 26 años de Vipiteno, en la Italia que antes de la I Guerra Mundial pertenecía a Austria, se llevó el oro. El austriaco Hermann Maier acabó séptimo, y el americano Bode Miller, que defendía -es un decir- el título, vigésimo cuarto, después de una carrera desastrosa, sobre todo al final. Habrá lío con Miller si se confirma que anduvo de copas la noche del domingo.
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