El empresario español José María Aristrain, consejero y mayor accionista privado del grupo siderúrgico Arcelor (3,7%) hasta la entrada del grupo angloindio Mittal, planea construirse en la localidad suiza de Gstaad, el chalé más caro del país alpino, valorado en unos 100 millones de francos suizos (62 millones de euros aproximadamente), según publicaba el lunes el diario suizo Le Matin.
Aunque el pasado mes de junio señaló que no tenía intención de vender, Aristrain ha decidio desprenderse de un porcentaje de su participación en la siderúrgica, con la que ahora levantará el chalé más caro de Suiza, sólo igualado por la mansión que el armador griego Peter Livanos ha construido también por cerca de 100 millones de francos suizos en esa selecta localidad, que compite con St. Moritz (Suiza) por ser una de las estaciones de esquí más exclusivas de Europa.
Esta localidad, ubicada en el cantón de Berna, es uno de los destinos turísticos más lujosos de Europa y se ha convertido en el refugio de numerosas fortunas, como la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, Liz Tayler, Sofia Loren, Valentino, el Aga Khan o el cantante francés Johnny Hallyday.
El récord en inversiones inmobiliarias en la Confederación Helvética lo tenía el suizo Ernesto Bertarelli, el rico heredero que presidía y controlaba Serono, la tercera compañía biotecnológica del mundo, hasta que el pasado septiembre vendió su chalé para dedicarse sólo a la defensa del título de la Copa América de Vela que se disputa este año en Valencia.
El inmueble que tenía en Suiza Bertarelli, quien durante estos meses vive en España junto al resto del equipo de vela, costaba 30 millones de francos suizos (unos 18,5 millones de euros), el más caro del país hasta que se supo de los planes de Aristrain y Livanos.
Según la prensa suiza, ya se puede observar el perímetro del «palacio de cinco estrellas» que tiene previsto construirse el empresario español, del que sólo ha trascendido que tendrá un garaje subterráneo de dos plantas.
El empresario español acaba de deshacerse de parte del capital que controla de la siderúrgica más grande del mundo, valorado en unos 900 millones de euros tras la OPA lanzada por Mittal.
El disperso accionariado de la siderúrgica convirtió el 3,7% de Aristrain en el paquete privado más importante, una pieza clave en las negociaciones de Arcelor con la india Mittal frente a la rusa Severstal, también aspirante. De hecho, aunque el porcentaje de su participación puede parecer pequeño, sólo el Estado luxemburgués contaba con un volumen mayor, y ni siquiera llegaba al 6% del capital.
De este modo, el empresario español gozó de una postura privilegiada para llevar a buen puerto la entrada de Mittal en la compañía siderúrgica. Su apuesta rivalizó con los precipitados, en su opinión, intentos de fusión con el grupo Severstal. Su posición en todo el proceso fue apoyar la entrada de la compañía india si se lograba que ésta elevara su oferta a los accionistas de Arcelor.
Finalmente el equipo directivo de Arcelor acabó apoyando las intenciones de Aristrain, quien mantuvo contactos directos con los empresarios indios hasta conseguir su entrada en la siderúrgica con una oferta un 45% mejor que la incial. Este acuerdo elevó a Aristrain al exclusivo grupo de las fortunas más grandes de España, con intereses en otra veintena de empresas.