La Guardia Civil supo ya en 2003, un año antes de los atentados de Madrid, que Antonio Toro, ahora imputado en el 11-M, había negociado la venta de Goma 2 a ETA. Lo supo gracias a las confidencias de un preso de la cárcel asturiana de Villabona, cuyas iniciales son J. I. P. M., según publicó ayer el diario asturiano El Comercio. El informe que recoge esas manifestaciones lo reproduce hoy en exclusiva EL MUNDO.
El 14 de febrero de 2003, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se entrevistaron en la penitenciaría asturiana con el recluso J. I. P. M. para contrastar una información importante sobre la supuesta venta de dinamita a la banda. J. I. P. M. les aseguró entonces que conocía a Toro y que éste poseía unos «150 kilos de Goma 2 enterrados» en algún lugar.
Añadió «que había vendido cantidades importantes de explosivos y que hacía unos meses unos jóvenes que pertenecían a ETA realizaron negociaciones para adquirirlos, si bien la intención que tenían éstos era quitárselos y no comprárselos», motivo por el que, según dijo, la transacción no llegó a realizarse.
En el encuentro con el preso participaron, además de los agentes llegados desde Madrid, el jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo, Pedro Amable Marful.
De la reunión se hizo un informe oficial -del que se extraen los entrecomillados- que forma parte del sumario del 11-M y que ha sido filtrado al diario asturiano. El informe también llegó en su día a la Dirección General de la Guardia Civil y recoge, además, que Toro conoció a los miembros de ETA durante su estancia en la cárcel entre julio y diciembre de 2001, a raíz de la operación Pípol, en la que se le incautaron drogas y explosivos.
El confidente asegura en el encuentro que sólo había hablado con Toro en dos o tres ocasiones, pero describe con precisión algunos de sus negocios: «Trafica sobre todo con cocaína y pastillas y se dedica a la venta de vehículos robados, bajo la tapadera de una casa de venta de vehículos de segunda mano».
El informe elaborado por la UCO recoge además aspectos muy minuciosos de la entrevista, como la situación psicológica del recluso, y detalla que éste «se encontraba muy nervioso, con temblores de manos, lo que se debe, según el preso, a que tiene mucho respeto a los agentes y a que es la primera ocasión en que facilita información a las Fuerzas de Seguridad». A cambio de toda esta información, el recluso pidió beneficios penitenciarios. Ahora tendrá que declarar en el juicio del 11-M, que comenzará el próximo jueves 15 de febrero en la Audiencia Nacional.
La entrevista se produjo apenas unos días después de que otro confidente, Rafá Zouhier, acusado también por el 11-M, facilitara información sobre ese mismo asunto. La entrevista con el marroquí se produjo el 6 de febrero de 2003 en un restaurante de la capital asturiana. Según el informe, Zouhier se había visto con Toro tan sólo 24 horas antes.
«150 KILOS DE GOMA 2 ENTERRADOS».
EL MUNDO
La Unidad Central Operativa elaboró un informe (sobre estas líneas) de la entrevista que mantuvo en la cárcel de Villabona (Asturias) con un preso que «personalmente ha hablado [con Toro] en dos o tres ocasiones, si bien conoce sus actividades a través de un amigo». El recluso informó de que Toro «posee 150 kilos de Goma 2 enterrados», que «el explosivo lo tiene almacenado Emilio» y que «unos jóvenes que pertenecían a ETA realizaron negociaciones para adquirir éstos».
