Miércoles, 7 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6261.
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Siempre hay peligro para aquellos que lo temen (George Bernard Shaw)
 MADRID
Seguridad vial
Mucho peligro al salir de clase
Un estudio realizado por el Ayuntamiento y la Fundación Mapfre revela que el 14,3% de los conductores superan los límites de velocidad en las zonas escolares. El año pasado, fueron atropellados en la capital 194 niños menores de 15 años en áreas próximas a los colegios
ISABEL LONGHI-BRACAGLIA

David coge la mochila ansioso. Tiene prisa por irse a jugar con sus amigos, por llegar a casa y merendar. Suena el timbre y sale pitando de clase, pero... un coche acaba con todos sus planes de un golpe seco. El chaval cruzaba a la salida del cole, donde las señales advierten de que el pedazo de calle donde está su centro es zona escolar, donde los conductores son advertidos de que no pueden superar los 40 kilómetros por hora, donde si no se respetan las normas se pone en riesgo la vida de muchos niños como David.

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Se pisa el acelerador y puede ser demasiado tarde para frenar... un golpe seco, un escolar herido sobre el asfalto. Uno solo sería mucho. Y son muchos más: ¡194! menores de 15 años atropellados el año pasado. 194 davides, josés, marías, susanas, manolos... Porque el accidente de David es reconstrucción imaginada de una realidad reflejada en un informe sobre la velocidad en el entorno escolar, presentado ayer.

La vida misma (que puede ser muerte) al salir de clase vigilada por cuatro sofisticados radares municipales que revelan un peligro evidente para los chicos por imprudencias de los adultos. Las mediciones realizadas junto a 10 colegios de la capital han controlado a 10.681 coches y cazado a 1.531 por superar el límite permitido. O lo que es lo mismo, un 14,3% de los conductores va más rápido de lo autorizado en estas zonas de especial precaución.

El dato es muy relevante a juzgar por las conclusiones del informe, en el que sus autores, la Fundación Mapfre y el Ayuntamiento de Madrid, a petición de la Oficina del Defensor del Menor, recogen que el exceso de velocidad en las zonas escolares es la «principal causa» de los atropellos que tienen como víctimas a los menores de 15 años.

El recorrido realizado por los agentes de Movilidad demuestra, además, que algunos conductores superan en más de 20 kilómetros por hora el límite establecido.

Por ejemplo, en Méndez Alvaro: 50 kilómetros por hora de velocidad máxima permitida, señal específica que lo advierte, señal de colegio y paso de peatones, que no impiden que un coche circule a 86 kilómetros por hora. Sólo en esta calle, de los 2.408 vehículos controlados por los radares, 614 se retrataron como infractores.

91 kilómetros por hora

Igual o peor en otras calles. Como Alejandro Dumas (llegó a medirse 72 kilómetros por hora en una zona limitada a 40). O en la avenida de Reina Victoria, donde un conductor batió tan arriesgado récord circulando a 91 kilómetros por hora en una zona en la que no podía pasar de los 50.

La importancia de la prevención en conductas imprudentes es pues incuestionable. Y destacada por los responsables del estudio, como el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, tras repasar algunos datos del informe: «Los accidentes por atropello suponen el 8,7% del total, 1.889 de los 21.635 que se produjeron en 2005, que, en comparación, podrían no parecer tantos. Sin embargo son la causa de casi la mitad de los que terminan con resultado de muerte en Madrid».

No sucede así, afortunadamente, en el caso de los niños. Las estadísticas revelan que todos resultaron heridos el año pasado (194) y el anterior (232). «No murieron, pero son números a tener en cuenta para tomar medidas porque reflejan la vulnerabilidad y debilidad del peatón», subrayó Pedro Calvo antes de insistir en la necesidad de la prevención y en la efectividad de las sanciones para evitar las infracciones de tráfico.

La primera (la prevención) es la materia y objetivo del estudio. Porque de multas, nada, a pesar de haber pillado a 729 conductores (el 6,8%) que podrían haber sido sancionados económicamente -la denuncia se fija a partir de cinco kilómetros por hora por encima del límite-. ¿La razón? Que los radares empleados se encontraban en proceso de homologación en el momento de los controles y que la realización del informe ha servido como práctica formativa para 36 agentes de Movilidad.

Pero, a partir de ahora sí podrán multar a cuantos sean fotografiados por el moderno artilugio, móvil y de pequeñas dimensiones para instalarlo en calles donde el Ayuntamiento tiene localizados «puntos de alta ocupación peatonal», como las salidas de los colegios.

Y por lo observado durante la elaboración del estudio, habrá quien tenga que poner mucho cuidado si no quiere pagar una multa. De los 729 que hubieran sido denunciados en una situación normal, 31 conductores habrían perdido además dos puntos del carné de conducir y otros cuatro habrían restado seis, la mitad del total.

Pero no sólo el exceso de velocidad hubiera figurado en su multa. Las conclusiones del informe apuntan también la falta de respeto que se ha visto hacia los pasos de peatones y hacia los semáforos como los principales comportamientos de imprudencia. Aunque no siempre los conductores son los únicos culpables de un accidente. «Se han detectado», reza el estudio de seguridad vial, «conductas de alto riesgo en el colectivo de peatones, que ponen en peligro la circulación de vehículos».

Sorprende, además, leer que la actitud de los conductores que pisan de más el acelerador no varía en función del horario de salida y entrada de los chavales. Esto es, les da igual el riesgo que suponen para los niños que echan a correr cuando escuchan el timbre. No a todos, cierto. Claro que, como dijo ayer Miguel María Muñoz Medina, presidente del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, «la mayoría de los conductores son serios y respetuosos con las normas de tráfico y los infractores son una minoría, un 15%, pero hacen mucho daño».

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