El nuevo presidente, que realizó la mayor parte de su carrera en la cristalera Saint Gobain, fue un efímero presidente de Airbus, puesto que abandonó para aceptar la oferta de PSA a finales de septiembre de 2006, tras apenas tres meses de permanencia en el mismo.

Jean Martin Folz, el presidente saliente, anunció su decisión de retirarse a finales de septiembre a fin de mantener su promesa de no permanecer en el cargo más de 10 años. Bajo su mandato, el grupo francés alcanzó altos niveles de rentabilidad y compensó sus limitados recursos, en razón de su tamaño, cerrando acuerdos con varios competidores como Ford y BMW, además de ampliar los que ya tenía con Fiat Auto y Renault. Sin embargo, en los últimos dos años, las ventas del grupo descendieron en Europa, y con ella sus márgenes de rentabilidad y, sobre todo, el valor de sus acciones.

La llegada del nuevo presidente dará lugar a una reestructuración de la empresa. El cambio más importante puede ser el que supone la jubilación anticipada de Claude Satinet, el director general de la marca Citroën. Después de que Folz anunciara su decisión de retirarse, se había especulado con que Satinet pudiera ser un presidente de transición durante tres años, durante los cuales la familia Peugeot, propietaria del 30,2% del capital del grupo y que controla el 45,1% del voto en el consejo de vigilancia, podría elegir y formar al nuevo presidente. Pero la contratación de Streiff, con fama de buen gestor, frustró esta alternativa.

Con su retirada, Satinet, de 62 años, deja a Streiff la posibilidad de crear un consejo de dirección más joven. Lo compondrán Frederic Saint Geours, que seguirá dirigiendo la marca Peugeot; Gilles Michel, que sucede a Satinet al frente de Citroën, dejando el departamento de desarrollo de plataformas; Gregoire Olivier, que deja Faurencia, la división de componentes para hacerse cargos de la dirección de programas, y Roland Vardanega, responsable de la producción.