El cabo británico Matty Hull, de 25 años, fue víctima de fuego amigo en Irak. Durante cuatro años el Gobierno de Estados Unidos ha ocultado una prueba esencial para esclarecer su muerte: las conversaciones donde se advierte cómo dos pilotos estadounidenses preparan, deciden y lanzan un ataque contra una columna de cuatro blindados que consideran enemigos y que, finalmente, resultaron ser aliados británicos.
El Gobierno de Tony Blair pidió ayer a las autoridades estadounidenses que entreguen a la Justicia el vídeo donde han quedado registradas las pruebas. Según Downing Street, la Casa Blanca habría accedido a esta demanda, aunque fuentes del Pentágono citadas por la CNN lo negaban anoche.
La muerte de Hull, ocurrida el 28 de marzo de 2003, apenas una semana después de iniciada la guerra, se investiga en un juzgado del condado de Oxford. El fiscal Andrew Walker aplazó el viernes pasado el juicio porque el Gobierno de Londres le negó la grabación.
El Ejecutivo británico argumentó entonces que se trataba de material protegido, propiedad del Gobierno estadounidense y que no tenía autorización para difundirlo. Ayer, el ministro británico de Defensa, Des Browne, fue contundente: «Es necesario que la familia y los jueces lo vean». «Deben entregar ese vídeo. Los investigadores deben tener acceso a él. Durante años nos han negado su existencia. Estoy indignada», se lamentó ayer Susan Hull, viuda de Matty.
Horas antes, el periódico sensacionalista The Sun sacudía al mundo entero al publicar la transcripción de las conversaciones entre los dos pilotos y las imágenes del interior de la cabina de uno de los cazas A-10.
Todo lo que se dijo entre las 13.36.30 y las 13.51.54 horas quedó registrado. Un recorrido por ese diálogo tenso, intenso y, por momentos, eufórico entre los dos pilotos y sus centros de control en tierra, deja al descubierto una serie de errores que acabaron con la muerte de Hull y con otros cuatro soldados británicos heridos.
«Maldita sea», dijo uno de los dos pilotos al enterarse de que habían disparado en dos ocasiones contra blindados británicos.
«Ya estamos en la cárcel, tío», respondió su compañero de vuelo después de que los responsables del control de la misión les comunicaran que había un muerto. Los pilotos se identificaban como Popov35 y Popov36 y hablaban permanentemente entre ellos y con los controladores de tierra, cuyos nombres en clave eran Manila Hotel, Manila34 y Lightning34. Popov35 y Popov36 eran reservistas que nunca habían entrado en combate.
De regreso a su base tras una misión 40 kilómetros al norte de la ciudad de Basora, donde debían destruir artillería y lanzamisiles de la 6ª División Blindada, los dos pilotos se encontraron con un columna integrada por cuatro carros de combate: dos Scimitars y dos Spartans. Los confundieron, sin embargo, con tanques ZIL157s de fabricación rusa y en manos de las tropas de Sadam Husein.
Los pilotos estadounidenses no estaban seguros de si se trataba o no de enemigos. Es más, distinguieron algo anaranjado en la parte superior de los carros de combate, una señal pactada por la coalición para diferenciar a las tropas aliadas de las iraquíes.
Los dos pilotos volaban a unos 12.000 pies, alrededor de 4.000 metros de altura. En más de una ocasión preguntaron a los controladores de tierra -que los guían hacia el objetivo con la ayuda de mapas y la información facilitada tanto por la inteligencia como por los pilotos- si en esa zona había amigos o enemigos. Desde allí les informaron de la existencia de iraquíes al norte, y de la presencia de patrullas británicas 4,8 kilómetros al oeste.
Popov35 y Popov36 cometieron varios errores: pidieron una información imprecisa y tampoco dieron su posición exacta.
Estados Unidos insistió ayer en los «remordimientos» expresados por los pilotos estadounidenses cuando se dieron cuenta de que habían disparado por error sobre un convoy británico. «Mi reacción es que esta gente se dio cuenta de inmediato de que habían cometido un error verdaderamente terrible y expresaron claramente su arrepentimiento por lo que había pasado», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, según informa la agencia France Presse. Sin embargo, el portavoz estadounidense no explicó por qué Washington se había negado a entregar el video hasta que lo difundió el diario The Sun y así se lo exigió Londres.
«YA ESTAMOS EN LA CARCEL, AMIGO» Transcripción de la conversación entre los pilotos estadounidenses
Popov 36: «Veo unos vehículos con paneles de color naranja. ¿Hay tropas amigas en esta zona?»
Manila Hotel: «No hay ninguna tropa amiga, está todo despejado» [...]
Popov 36: «Tienen cohetes de color naranja»
Popov 35: «¿Cohetes?»
Popov 36: «Eso creo»
Popov 35: «Déjame ver... Tenemos que pensar en volver a la base»
Popov 36: «Yo estoy pensando en eliminar esos jodidos lanzacohetes... Sería genial» [...]
Popov 36: «Quiero atacar al primero de ellos antes de que entre en la ciudad»
Popov 35: «Dale, dale» [...]
Popov 35: «¡Buen impacto!»
Lightning 34: «Que sepáis que tenéis tropas amigas en la zona. Pequeños tanques amarillos»
Popov 35: «Oh, mierda...»
Lightning 34: «Hey, Popov34... Suspende la misión. Parece que nos encontramos en una situación de fuego amigo»
Popov 35: «¡Mierda, mierda, mierda!»
Popov 36: «¡Maldita sea!»
Popov 35: «Dejadme saber cómo están los soldados que hemos atacado, por favor»
Manila 34: «Vale, espera» [...]
Popov 35: «Tenemos que irnos a casa, amigo»
Popov 36: «Sí, lo sé... ¡Estamos jodidos!»
Popov 35: «Tenéis que decirnos lo que está pasando»
Manila 34: «Las primeras informaciones que nos han llegado dicen que que hay un muerto y un herido»
Popov 35: «¡Voy a vomitar!»
Popov 36: «¡Mierda!»
Popov 35: «¿Lo has oído?»
Popov 36: «Sí, esto es una mierda»
Popov 35: «Ya estamos en la cárcel, amigo» [...]
Popov 35: «Nos dijeron que no había tropas amigas»
Popov 36: «Sí, sé que ese vehículo con paneles anaranjados nos va a joder. Parecen cohetes»
