Su entorno más cercano confiesa que sólo en la última temporada en el Barcelona observó un comportamiento alterado en Aíto. Pero le bastó un año sabático, un año alejado de los banquillos después de 30 ininterrumpidos para regresar a Badalona y volver a disfrutar del placer de entrenar. Porque suya frase de que «se entrena muchas más horas de las que se juega», justificando con ello la necesidad que tiene como entrenador de disponer de una plantilla predispuesta al trabajo diario. Aíto necesita el día a día en la pista para ser feliz. No le basta con la victoria del partido, o los partidos, semanales. Aíto disfruta enseñando, corrigiendo, mejorando cualquier detalle de cualquier jugador, joven o veterano, se llame Ricky Rubio o Elmer Bennett.

Le encantan los trayectos de largo recorrido y conseguir subir escalones en los equipos y clubes para los que trabaja. Sigue en la Penya ganando tres veces menos de lo que le llegó a ofrecer el Real Madrid el verano pasado. Y es que tras muchos años en la élite y por lo tanto sumando contratos importantes temporada tras temporada el técnico del DKV Joventut ha conseguido el privilegio de disfrutar de su trabajo sin temores, por el simple placer de entrenar. Sigue siendo el gran referente para muchos técnicos y vuelve a situar al DKV Joventut entre los mejores de la ACB y de la Euroliga

«Tenemos un gran potencial de mejora», ha proclamado en los últimos días el actual técnico verdinegro. Una mejora que también puede plasmarse en la Copa, aunque, a su entender, los grandes favoritos para ganar esta competición son «los tres primeros: Real Madrid, Tau y Akasvayu». «También incluiría al Barcelona y al Unicaja, por su gran potencial», ha agregado, tratando de dejar siempre a los suyos en la sombra. Un lugar desde el que es mucho más fácil dar la sorpresa. Su rival hoy, Akasvayu, ya hincó la rodilla ante los suyos el domingo. Hoy podría repetirse la historia.