En efecto, Gasol necesitaba confianza. La formidable promesa forjada en el Palau Blaugrana a la sombra y cobijo de su hermano Pau se había estancado, hasta languidecer bajo el puño de acero de Dusko Ivanovic. En Girona encontró un técnico que creía en él. «Tenía muy claro que si [Svetislav] Pesic venía a Girona, yo iría con él». Se deshace en elogios hacia su entrenador, a quien conoció en el Barça. «Un barco con tanta gente no puede navegar sin un buen capitán. Él es estricto, pero a la vez distendido, nos quita presión pero nos mete tensión, nos da libertad pero siempre dentro de un sistema. Eso son cosas muy difíciles que sólo se las he visto hacer a él».

La actual tercera posición del Akasvayu ha sorprendido por su inmediatez, por lo pronto que se ha ensamblado una plantilla que pasó por la centrifugadora en verano, más que por su presupuesto.Porque la firma inmobiliaria, en su segunda temporada de patrocinio en Girona, ha mantenido la misma actitud rompemercados que en la primera. El proyecto alocado se ha convertido en potente realidad.

Ansioso por la inversión, hace un año el Akasvayu se marcó como objetivo la Copa del Rey. Y fracasó en cuartos de final contra el Pamesa. Por eso Marc Gasol avisa: «Quien crea que la Copa es nuestro principal objetivo se equivoca». Él no vivió ese lance, pero pocos discuten que el palo fue el inicio de la deriva roja del final de la temporada. «Nuestro objetivo primordial es clasificarnos para los play-off [de la Liga], ir pasando rondas e intentar ganar el campeonato». confiesa Gasol.

Ni Akasvayu ni DKV Joventut veían con mucha simpatía el enfrentarse en partido de Liga cuatro días antes de la eliminatoria. Pero resultó que los verdinegros repasaron a los de Pesic (92-76) y el abstracto juego de confianzas, favoritismos y estados de ánimos se puso patas arriba. El Akasvayu es tercero, pero el Joventut había ganado con autoridad. ¿Quién es entonces el favorito? «No hay favoritos», espeta Gasol. Le molesta que en el Joventut les cuelguen ese pesado carte: «Para nosotros, lo son ellos.Nos han ganado en el último partido, juegan la Euroliga y nosotros la FIBA Cup. Pero yo sólo pienso es que somos dos equipos jóvenes, dos equipos catalanes, y que será una eliminatoria bonita».

Le han recordado hasta la saciedad que su hermano Pau explotó como jugador en la Copa del Rey de 2001, disputada también en Málaga. «No he hablado de ese tema con él y dudo que lo haga», admite. «Para mí es una Copa ilusionante, tengo ganas de jugar y de sentir la responsabilidad. Que la gente espere mucho de mí significa que lo estoy haciendo bien y que puedo cargar con ese papel». Quizá en semifinales se encuentre al Barça. Algunos ya apuntan que los azulgrana, arrepentidos, quieren repescarle: «No sé qué pasará en junio, pero en Girona las cosas me van muy bien. Y cuando algo va bien, mejor no cambiarlo», zanja sutil y elocuente.