«España puede liderar la lucha en Europa contra el cambio climático; y Madrid liderarla en España», concluyó ayer su conferencia el ex vicepresidente de EEUU, Al Gore, en una invitación a Zapatero y Gallardón para que se impliquen más en lo que él denomina el «desafío de nuestra generación». Con ambos políticos y la ministra Cristina Narbona ha mantenido en las últimas horas encuentros individuales.
Gore logró ayer colgar el cartel de no hay billetes. Más de 2.000 personas, un centenar de periodistas, números políticos de todo el espectro y expertos, abarrotaron ayer el gran salón de conferencias del Ifema para escucharle. Desde que en 2001 sufriera una ajustada y polémica derrota en las presidenciales de EEUU frente a Bush, Gore se ha convertido en un agitador contra el cambio climático, que le ha llevado a dar cientos de conferencias por el mundo como la de ayer, que es la segunda en España.
El consenso en el reconocimiento del fenómeno del cambio climático ha llegado definitivamente a la clase política española. Dos ministerios y el Ayuntamiento de Madrid han trabajado juntos para celebrar las jornadas Energía, Municipio y calentamiento Global, con Al Gore como gran estrella.
Si el día anterior se reunió con Zapatero en La Moncloa, ayer fue Gallardón quien presentó al ex político demócrata, con frases como «nos hemos embarcado en una lucha contra reloj», o con la cita de la famosa frase de un jefe cherokee: «No heredamos la tierra de nuestros padres, sino que la tenemos sólo prestada para nuestros hijos».
Gore agradeció el gesto del alcalde de Madrid -quien estuvo acompañado por Paz González y Ana Botella- y comenzó su intervención con un cambio sobre su precedente intervención en Málaga y su película: ayer no se presentó como «yo fui el futuro presidente de EEUU». Otras variaciones que introdujo ayer fue la de no mencionar ni una sóla vez a Bush y mucho menos criticarle como hace normalmente cuando aborda la catástrofe del huracán Katrina.
Pero al margen de estas significativas variaciones, durante casi dos horas, Gore fue un orador implacable a favor del clima. Llegó a afirmar que el fenómeno es el mayor reto al que se enfrenta la Humanidad y que si no se actúa a tiempo, «puede significar el fin» de la misma.
Para ello, Gore se apoyó en multitud de datos científicos y en unos excelentes gráficos que demuestran la subida continua de las temperaturas desde que se registran -especialmente en las últimas tres décadas- y su absoluta relación con el aumento el dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.
En los últimos 600.000 años las temperaturas de la Tierra han registrado cambios con periodos glaciales seguidos de cálidos. Pero lo que diferencia la situación ahora es que nunca había habido más de 300 partes por millón de CO2 en la atmósfera. Según Gore, esto ha traído un cúmulo de catástrofes meteorológicas, que seguirán con mayor virulencia.
Gore no desaprovechó la oportunidad de arremeter contra los grupos de presión que han subvencionado informes que generan dudas en torno al cambio climático. Por eso reclamó pasar a la «acción». Según dijo, hay tecnología para paliar el fenómeno, pero todavía falta la voluntad política. Aunque precisó que esa voluntad «es renovable», refiriéndose a la posibilidad de que el tema tenga dimensión electoral y se pueda votar a los que quieran, de verdad, actuar.