El imponente espacio tiene algo de cripta, de impecable laberinto. Suma 3.000 metros cuadrados. En sus salas polivalentes se han volcado 11 miradas sobre la Historia, 11 voces del presente cuestionando el tiempo, planteando preguntas de distinta intensidad con tres soportes contemporáneos: la fotografía, el vídeo y el cine.
La Fundación Santander Central Hispano inaugura con Sobre la Historia/On History su nueva sala de exposiciones, en la ciudad financiera que el banco ha levantado en Boadilla del Monte, a 20 kilómetros de Madrid, un búnker aliñado con campo de golf y servicios varios donde ahora, también, irrumpe el arte contemporáneo con 66 piezas de 11 autores capitaneados por la comisaria de la muestra, Gloria Moure.
Esta iniciativa dinamizará además la extraordinaria colección de arte de la entidad. Entre los artistas invitados a esta aventura destacan Bill Viola, Cristina Iglesias, Malcom Le Grice, Jeff Wall, Tacita Dean, Craigie Horsfield y James Colleman. Cada uno ocupa un espacio propio donde despliega el naipe de su búsqueda y, a la vez, crea una cadena de sentido con la del resto de los invitados a esta vieja ceremonia de lo contemporáneo. Algunos de ellos han creado piezas específicas para la ocasión, como el fotógrafo Craigie Horsfield, tres meses retratando en Madrid grupos de gente y peatones hasta conformar un puzzle de gran formato donde está el pálpito, la sístole en cascada de la ciudad. «Porque la Historia es el presente», afirma. «Y con esta exposición estamos realizando una conversación amistosa con el pasado».
Es decir, una lucha contra la desmemoria que está también en el núcleo original de la muestra: «En este momento de amnesia y consumo urgente, pensé que podíamos añadir la voluntad de reinterpretar la Historia y revalorizar el concepto de memoria», dice Moure. «Para ello desarrollamos un itinerario desde la contemporaneidad». Las imágenes se van cruzando en la mirada del visitante. Cada una impacta de modo diferente: desde el cuestionamiento del tiempo, la memoria y la contemporaneidad del británico James Colleman, en su vídeo Untitled (1998-2002), a la reflexión por el cambio que Malcom Le Grice plantea en After Leonardo, una instalación donde se cuela por las grietas de la pintura de la Giconda, incidiendo en la imposibilidad de la permanencia.
El discurso que Moure plantea se apoya en conceptos tan abstractos como mutantes. Así va modelando encuentros, hallazgos, como el lirismo arquitectónico de Cristina Iglesias, que presenta con Fuga a seis voces -otra de las piezas creadas para la ocasión- un corredor trazado con 12 paneles forrados de tela serigrafiada. Y fracturas necesarias como el trabajo en vídeo, sereno y emocionado, de Bill Viola. O las cajas de luces de Jeff Wall, con su cotideanidad trasmutada por el ojo del voyeur.
Los años de Pink Floyd
La escena ingresó por méritos propios en la historia del 'happening'. No era un artista conceptual ni un 'performer' quien propició la hazaña, sino Nick Mason, el batería de Pink Floyd, una banda que hizo profesión de fe en la psicodelia. Aquella mañana de los años 60, Mason se plantó en medio de un atasco en Londres. Cerca situó un gong y la acción consistió en lanzar vegetales contra el instrumento. ¿Por qué? ¿Por qué no? Esta escena ha servido a Rodney Graham, más de 40 años después, para desarrollar un vídeo que recoge la hazaña, 'Lobbing potatoes at a gong', donde un individuo hace sonar el gran plato metálico lanzando patatas contra él.
En este misma línea, con la música también como fuente, Graham presenta en la sala de exposiciones de la Fundación SCH (que se puede visitar previa cita en el teléfono 902 027 050) dos dípticos fotográficos de nueva factura bajo el título de 'Awakening' (2006). La idea nace de la instantánea que sirvió de imagen publicitaria del grupo de rock duro Black Sabbath. En la imagen aparecen los componentes del grupo en un parque, de pie, junto a un anciano tumbado en un banco a quien Ozzy Osbourne, el líder, con gesto burlón está señalando. El paso del tiempo de nuevo, la reflexión del presente otra vez.