C. REMIREZ DE GANUZA
MADRID.-
«No tengo ninguna duda de que el Gobierno se ha vuelto a reunir con Batasuna y, desde luego, acaba de quedar en evidencia que el proceso continúa». Esta fue, casi literal, la sentencia pronunciada ayer por Mariano Rajoy ante los periodistas en los pasillos del Congreso y al término de la sesión de control.
Rajoy, habitualmente poco proclive a la informalidad de este tipo de foros, se pronunció ayer con tanto relajo como rotundidad sobre una idea clara: que tanto las declaraciones de Zapatero como las de Otegi le reafirman en la convicción de que nada ha cambiado tras el cruento atentado de Barajas.
Sobre la última de las propuestas del portavoz de la ilegal Batasuna acerca de Navarra, ni siquiera admitió un movimiento táctico o posibilista. Rajoy aseguró que «nada ha cambiado» ni en su discurso ni en su actitud, dado que la última de sus reivindicaciones, la autodeterminación, continúa intacta.
«El único movimiento táctico que sería significativo es que de repente anunciaran que van a ser como Aralar», llegó a añadir, en referencia a la condena de la violencia expresada en su día por la formación abertzale navarra.
Cabe hacer un paréntesis en este capítulo, ya que en el seno de la dirección del PP sí hay fuentes que sostienen que lo que ha hecho Batasuna es un movimiento de carácter electoral, consistente sólo en invertir sus dos máximas reivindicaciones, priorizando ahora la anexión de Navarra sobre la propia autodeterminación de Euskal Herria.
En cuanto al presidente del Gobierno, Rajoy expresó la misma convicción. «No me ha contestado a ninguna de mis preguntas -sobre el PCTV, las elecciones, la Fiscalía- y se ha vuelto a refugiar en la ambigüedad de las grandes palabras», afimró.
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