Acudió a la manifestación del pasado 13 de enero en Madrid. Estaba convocada por asociaciones de ecuatorianos y los sindicatos UGT y CCOO.
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Llevaba colgado un cartel del cuello en el que criticaba al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Zapatero, métete la ETA donde te kepa, rezaba su eslogan.
Y pretendía llegar lo más cerca posible de la cabecera de una manifestación, convocada tras el atentado mortal perpetrado por ETA en la T-4 de Barajas, para pedir la paz. Pero sus intenciones quedaron zanjadas de raíz. «Se juntaron muchos y me llamaron facha», recuerda aún asustado Arturo P. G. «Otros, mientras, coreaban 'Todos somos Zapatero'». «Me encontré en un vacío de unos 25 metros del diámetro, con toda una muchedumbre a mi alrededor increpándome. Me vi en el centro de un ruedo improvisado acosado por todos», recuerda Arturo P. Pero de los insultos pasaron a algo más. Según la denuncia de este ciudadano de Madrid, se abalanzaron sobre él «cinco de los que vociferaban. Me agarraron por la fuerza y me tiraron al suelo. Me golpearon. Me arrebataron y destrozaron mi pancarta». En ese momento apareció un agente de la Policía Nacional, recuerda en una misiva el agredido. Según este relato, el policía fue reclamado por los propios manifestantes para que se llevara al denunciante bajo la acusación de que era un «provocador». La llegada de la Policía finalizó el incidente. Arturo P. fue retirado de la zona de la manifestación y, siempre según su denuncia, fue el propio policía el que le aconsejó que denunciara los hechos. Y así lo hizo. Primero acudió al servicio de urgencias del Hospital de Madrid. En el motivo de la consulta consta «agresión». Los facultativos diagnostican «policontusiones». «C y O eupneico erosión en labio inferior, hematoma en rodilla derecha», constatan en el informe.
Posteriormente, con el dictamen médico compareció ante los funcionarios de la comisaría de Retiro, en Madrid, para denunciar la agresión.
«Yo no me lo podía creer», recuerda a EL MUNDO. «Acudía con mi pancarta en la que, además del lema contra Zapatero, también llevaba uno contra Atutxa», asegura el denunciante.
Afirma que es un votante de izquierdas «de toda la vida». «Pero lo del día 13 no me lo podía creer: agredido por ir a una manifestación por la paz», señaló.
Arturo P. mostró su «envidia» por la manera en que se desarrolló la manifestación del pasado sábado en Madrid convocada por el Foro de Ermua y secundada por la mayoría de las asociaciones de víctimas del terrorismo.
«Había una pancarta de Unificación Comunista de España, rodeada de banderas de España, junto a las Nuevas Generaciones del Partido Popular y a otras organizaciones muy alejadas de la izquierda, y, sin embargo, no pasó nada, absolutamente nada».
Explicó que los agentes que le tomaron declaración ya le explicaron que lo más probable es que la denuncia no prosperara, ya que era prácticamente imposible identificar a los posibles agresores. A aquella manifestación acudieron más de 174.000 manifestantes, según las cifras facilitadas por la Delegación del Gobierno en Madrid, y más de 210.000, según la Comunidad. Además de los sindicatos, estuvo secundada, entre otras formaciones políticas, por el PSOE.