Tan sólo unas horas antes, durante la visita por la mañana a la sede central del consorcio aeronáutico europeo EADS en Manching (a 50 kilómetros de Múnich), el monarca recibió la llamada de los Príncipes de Asturias comunicándole el fallecimiento de Erika Ortiz. Pese a que se llegó a especular con la posibilidad de suspender la visita de dos días a Alemania, el Rey decidió trasladarse a Baden-Baden, a los pies de la Selva Negra.

A su entrada al Palacio de Congresos de la localidad, el jefe del Estado español fue recibido con el himno «Asturias patria querida» interpretado por el coro de la Universidad Juan Carlos I de Madrid a propuesta de los organizadores alemanes. En la presentación, Karlheinz Kögel, el fundador de Media Control, responsable de la entrega del galardón, tuvo unas primeras palabras de condolencia para la familia real y en su discurso, tras varios intentos frustrados, logró incluso que el Rey sonriera levemente.

Tras una glosa de la figura del monarca por parte del tenor Plácido Domingo y un mensaje en directo del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, Juan Carlos I tomó la palabra. «Ante todo quisiera darles muchas gracias por sus sentimientos de pesar que transmitiré a los Príncipes ante la muy triste noticia del fallecimiento de la hermana de la Princesa que mucho sentimos en toda la Casa Real», señaló al comienzo de su discurso.

A la salida del acto, el monarca se acercó a los medios de comunicación españoles presentes para agradecer de nuevo las numerosas muestras de pesar de los ciudadanos españoles llegadas a la Casa Real. Poco después regresaba a Madrid, tal y como estaba planeado. Hoy por la mañana, el monarca no tiene previsto modificar su agenda y mantendrá la audiencia prevista con la ministra de Exteriores de Israel, de visita en España, según confirmó la Casa Real.