La Guardia Civil no tiene ninguna duda. La operación Tertis ha sido la mayor actuación contra redes de expolio arqueológico a nivel mundial.
Según detalló el Instituto Armado en una nota, esta operación se llevó a cabo en Sevilla, Huelva, Cádiz, Granada, Jaén, Córdoba, Madrid, Barcelona y Zamora.
La actuación de los efectivos ha permitido desmantelar varias redes dedicadas al expolio que actuaban de forma coordinada. Durante la operación han sido detenidas 52 personas por su presunta implicación en las redes.
Los agentes han logrado recuperar más de 300.000 piezas de «gran valor arqueológico y pecuniario». Entre los detenidos figuran 30 expoliadores, 13 intermediarios en la venta de objetos y nueve coleccionistas. Al cierre de esta edición, la Guardia Civil no descartaba nuevas detenciones.
En los 68 registros domiciliarios practicados se han intervenido objetos de las culturas ibérica, romana, visigoda y árabe, entre otras.
Las pesquisas se iniciaron tras analizar la documentación intervenida en abril de 2005, durante la operación Bahía, contra otra trama dedicada al expolio. En aquella ocasión se detuvo a 10 personas que saqueaban yacimientos arqueológicos subacuáticos en las costas de Cádiz. En algunas ocasiones, los integrantes de las tramas ahora desmanteladas recibían material arqueológico por medio de paquetería postal. Uno de los paquetes intervenidos en Barcelona contenía monedas de oro.
La red exportaba objetos a otros países. Uno de los cabecillas detenido es un intermediario italiano que estaba encargado de mantener los contactos con coleccionistas extranjeros. Los expoliadores evitaban trasladar en sus propios vehículos los objetos arqueológicos para no ser detectados por la Policía.
La operación ha sido llevada a cabo por efectivos de la Guardia Civil especialistas en la investigación de delitos contra el Patrimonio Histórico, con el apoyo de las unidades territoriales de las provincias afectadas.
La dirección de las pesquisas ha corrido a cargo del Juzgado de Instrucción número 2 de Marchena (Sevilla), en coordinación con el fiscal de Medio Ambiente y Patrimonio del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
LA MANERA DE ACTUAR
Se desplazaban diariamente a yacimientos previamente localizados, provistos de sofisticados detectores de metales, planos cartográficos, manuales de excavación...
Algunas veces, contaban con la connivencia de los guardas de las fincas.
Se quedaban con los objetos de menor importancia, y los de mayor los vendían a los intermediarios que, a su vez, los transmitían a coleccionistas.
En Sevilla, por ejemplo, las compraventas se realizaban en el interior de las callejuelas adyacentes en los alrededores de la plaza del Cabildo.
También hacían falsificaciones para engañar a incautos y profanos.
Se interceptó en Ayamonte (Huelva) una partida de restos arqueológicos que los detenidos querían sacar a través del aeropuerto de Faro (Portugal) con destino a Bélgica.