Según explicó la empresa en un comunicado, «sólo en la semana pasada hubo dos trenes afectados por tales actos», por lo que anunció un incremento de «los servicios de vigilancia en estas instalaciones a los efectos de determinar los causantes» de dichas incidencias.

Por último, Metro de Madrid expresó su «preocupación» por «los daños» que estas acciones suponen para «el prestigio de la empresa y para las labores que desempeñan los propios empleados del suburbano», así como «los efectos que provocan en la calidad del servicio prestado a los usuarios».

La línea 6 de Metro, la más afectada por las incidencias, no gana para sustos en las últimas semanas. De media, una avería cada dos días. La última, el martes por la mañana, Un fallo informático inutilizó las señales, lo que motivó que la compañía Metro suspendiera el servicio de trenes entre las estaciones de Argüelles y Cuatro Caminos hasta su reposición manual. La maniobra llevó unos quince minutos, según informó una portavoz de la empresa. El problema se detectó a las 9.20 horas de la mañana entre las estaciones de Metropolitano y Argüelles, lo que repercutió en el resto de la línea hasta pasadas las 9.50 horas, provocando retrasos en los demás trenes. Para reparar la avería, Metro decidió suspender el servicio entre Argüelles y Cuatro Caminos entre las 9.45 y las 10.00 horas, tiempo en el que los operarios repusieron el sistema informático, que se hizo de forma manual. El servicio quedó totalmente repuesto pasada esa hora, indicaron las mismas fuentes.

Tras un mes de enero negro, sobre todo en la línea circular, la Consejería de Transportes decidió poner en marcha una batería de medidas a finales de enero que afectaba al tramo entre Plaza Elíptica y Avenida de América, el más perjudicado por los parones e incidencias. Además de desplegar personal en los andenes para distribuir a los pasajeros en los vagones, se incrementó el número de trenes en hora punta, entre otras medidas. Pese a ello, las incidencias no parecen querer dejar en paz al Metro.